La importancia de la belleza interior
Un vistoso Hummer H2, un Mercedes GLS y un Range Rover Sport último modelo se aguardan en la entrada de una nave del Polígono Industrial Carretera Amarilla. Todos esperan su turno para entrar y que uno de los más afamados y célebres tapiceros del automóvil de España, Lorenzo Justo, se ponga manos a la obra con ellos.
35 años de apuesta por la excelencia avalan la labor de este artesano sevillano que recibe faena desde Francia, Holanda, Suecia e incluso Colombia. Una excelencia que Lorenzo sustenta en dos pilares: “el amor propio y usar siempre los mejores materiales”.
Para un aficionado al automóvil, acceder a su taller es como entrar en la cueva del tesoro, un Mercedes 180 D Pontón, un Seat 600, un Bentley Continental GT y un rarísimo Opel P6 de 1936 esperan a las expertas manos de Lorenzo Justo, que afirma que el negocio de la tapicería vive un momento de alza, “de alta demanda. Hay clientes con vehículos a estrenar que vienen a que les tapicemos su gusto y otros que en vez de comprar coche nuevo tapizan el que tienen. Los clásicos están en alza y, por supuesto, nuestra especialidad, el trabajo exclusivo y personalizado. Reparamos, pero en lo que somos referencia es en el trabajo exclusivo personalizado. Trabajamos el tapizado de techo, asientos, volantes, salpicadero, puertas, maletero y las moquetas. También somos especialistas en el montaje de capotas de todo tipo, así como fabricamos cualquier capota para vehículos del tipo cabrio. Tenemos, para ello, los mejores proveedores repartidos por todo el mundo, que sólo trabajan con los profesionales que trabajamos en regla y con nuestras licencias… Ese es el único secreto para disponer de lo mejor”.
Y no sólo coches pasan por casa de Lorenzo Justo, también barcos y aviones: “En aviación trabajo con las especificaciones que me pide la homologación FAR -Federal Aviation Regulations- en materia de seguridad, aplicando el diseño que quiere el cliente”.
Al ser preguntado por los trabajos que más orgulloso se siente, Justo lo piensa por un momento, y reseña un encargo especial para un Mini Cooper S al que se le dotó de un interior naranja con piel original de Lamborghini y diseño de rombos… “Un trabajo realmente muy exclusivo y muy vistoso. También recuerdo un Corvette blanco al que lo tapizamos entero en color burdeos, un Toyota Celica que vino de Portugal; un Jensen Interceptor que vino desde París, y el dueño quedó tan contento que me mandó después un Porsche 911 de los más clásicos. Otros trabajos muy interesantes fueron un Cadillac Eldorado del 59, un Jaguar MK X y un S-Type 3.8 Saloon que había pertenecido a un ministro de Franco y quedó como si hubiera salido del concesionario”. De entre los trabajos más curiosos recuerda crear todo el interior para un ultraligero que venía completamente vacío por dentro, y al que hubo que realizar todo el diseño y piezas desde cero… También recuerdo de manera especial un tapizado integral de rombos que realizamos para una autocaravana tipo camión.
No deja de mencionar su trabajo para la firma granadina de coches artesanales Hurtan, en Santa Fé (Granada): “Darle a los asientos de un Jeep Sahara un toque retro y vintage, o dotar al Hurtan T2 de un interior exclusivo y las personalizaciones sobre el Hurtan Author, un nuevo modelo de un proyecto que todavía no se puede desvelar, son algunos de los trabajos que hago para Hurtan. Ellos me dan su idea, pero yo me encargo de plasmar las cosas a mi estilo, de darle mi sello personal”, añade Justo.
Son 35 años de trabajo para este empresario sevillano, que afirma sin vacilación que no se marcha de su ciudad por nada: “si viviera en Marbella o Madrid, ganaría el doble o el triple, pero aquí estoy bien, además, hago el trabajo que me gusta, cuando me proponen algo que no me gustaría hacer, no lo hago, vamos, que me nombran la polipiel y salgo corriendo”, manifiesta Lorenzo al que no le falta una pizca de humor fino y sarcástico.
Los mejores materiales
No se cansa de repetirlo, de hecho, cuenta que en una ocasión dejó 20 bobinas abandonadas ya que la calidad no era la que el proveedor había asegurado. Y es que para Lorenzo Justo, no vale cualquier cosa, él trabaja con lo mejor. Para él, los mejores cueros vienen de Reino Unido, Italia o Alemania, aunque afirma que le sorprende la alta calidad de las pieles que llegan de Austria, muy limpias, algo fundamental, pues cuanto más limpia y grande sea la piel, menos piel hay que usar. No le gustan las pieles que procedentes de Sudamérica, porque llegan con muchas cicatrices y se desaprovecha mucha cantidad.
Preguntado por sus trabajos que más lejos se han ido, señala como destinos Holanda y Suecia, a la par que recuerda otra curiosa anécdota: “me enviaron desde Suecia, para tapizar el interior, un Mercedes SLK metido dentro de un camión frigorífico que venía a Coria del Río (Sevilla) a por cangrejos de río”.