Beneficios fiscales del renting
El renting para empresas y autónomos se está convirtiendo poco a poco en la modalidad más popular entre autónomos y empresas a la hora de disponer de un vehículo, ya sea turismo, profesional o industrial. Es un tipo de contrato por el que se alquila un automóvil o furgoneta concreto con una duración que suele comprender entre los 24 y los 60 meses como norma general y por un kilometraje determinado.
El hecho de no tener que pagar una gran entrada, no correr con los gastos imprevistos derivados de las reparaciones, los recambios, pago de impuestos o seguro, hacen del renting una opción muy atractiva para autónomos y empresas. Y además, están las ventajas fiscales que, la adopción del renting, supone para quienes lo suscriben.
El vehículo puede ser necesario para desarrollar una actividad
Necesario en muchos casos y obligatorio en otros tantos, cada vez son más las actividades profesionales que demandan de un vehículo para su desempeño. La lista es larga: agente comercial, taxista, chófer VTC, transportistas de todo tipo o peritos son algunos de los profesionales para los que su vehículo resulta fundamental para el desarrollo de su actividad laboral, y a ello se unen otros como fontaneros, reparadores, electricistas, ingenieros agrónomos, veterinarios, médicos de núcleos rurales, enfermero DUE o jardinero con profesiones para las que el vehículo resulta imprescindible.
¿Me lanzo a la compra o elijo el renting?
Pese a que España es un país donde el sentimiento de propiedad aún tiene mucho peso, entre autónomos y empresas el renting se está imponiendo como la fórmula más habitual para adquirir vehículos y renovar flotas.
El renting no te obliga a contraer un préstamo a largo plazo derivado de la financiación; no supone una gran inversión inicial; las cuotas son fijas, en las mismas se incluye el mantenimiento del vehículo sin tener que abonar imprevistos, mantenimiento impuesto, seguro ni reparaciones; y ofrece una serie de beneficios fiscales.
Luego está la flexibilidad. Hay empresas, como por ejemplo Covey, que ofrecen el renting de vehículos industriales en contratos que parten de los 6 meses, hasta en algunas ocasiones, superar los 60 meses de duración para los clientes más fieles. Su flota de vehículos incluye todo tipo de turismos y vehículos profesionales como furgonetas o carrozados tipo paquetera o frigorífico, todos preparados para adaptarse a cualquier tipo de negocio.
¿Qué beneficios fiscales tiene el renting?
Llegados a este punto, resulta fundamental detenerse en lo que realmente hace atractivo el renting para empresas y autónomos.
La adopción de un contrato de renting está considerado dentro de la inversión empresarial por lo que en impuestos como el IRPF, el Impuesto de Sociedades (IS) tiene hasta el cien por cien de deducción.
Según la circunstancia de cada contrato de renting la deducción del IVA puede oscilar entre el cincuenta o el cien por cien.
Muy importante: hay condiciones para que pueda hacerse efectiva esta deducción. El uso de vehículo debe resultar esencial para la actividad profesional. Y debe hacerse del mismo un empleo exclusivamente laboral y no particular.
La documentación que siempre deberemos aportar para beneficiarnos de estas deducciones fiscales: facturas del vehículo, registro detallado de ingresos, información contable específica y detalles territoriales y temporales del uso del vehículo.
Finalmente y a modo de conclusión, sumando todos los factores expuestos, el renting puede resultar para autónomos y empresas la mejor fórmula a la hora de adquirir sus vehículos de trabajo pues a la tranquilidad de no tener que preocuparse de asuntos como las reparaciones, los recambios, el pago de impuestos o de seguro, sumamos los beneficios fiscales que supone y la flexibilidad en la compra.
Por tanto, no es de extrañar que cada vez más empresas y autónomos recurran al renting y decidan trabajar con empresas como Covey.