El Peaje de la autopista Sevilla-Cádiz afronta su recta final
Pagar una cierta cantidad de dinero en la autopista AP4 por tener que ir a Cádiz o a Sevilla es algo que todo el mundo tenía bien asumido, siempre con quejas, pero asumido. Pues nada, parar en el peaje de Las Cabezas de San Juan tiene ya sus días contados, por lo menos así se desprende de la información oficial. La concesión a la empresa Aumar de la doble vía entre Cádiz y Sevilla finaliza al término del presente año y a falta de un comunicado específico del ministro del ramo o autoridad competente, dicha concesión no se va a renovar y la actual AP4 pasará a integrarse en la red de carreteras del Estado
Usuarios, agentes sociales y, como no, partidos políticos, vienen celebrando esta noticia. Sin duda, es una buena noticia, dado que Cádiz era hasta ahora la única Provincia del sur de España a la que para acceder desde la capital del reino, Madrid, había que pagar.
Pero ante esta nueva situación, comienzan a surgir una serie de dudas, sobre todo, ¿cómo se va a mantener la AP4 desde ahora? ¿Será la excusa perfecta para el Gobierno de instaurar ese impuesto que ya dejó caer en varias ocasiones para el mantenimiento de autovía? ¿No pagan los españoles bastante impuestos, sobre todo el de vehículos de tracción mecánica que se supone que sufraga las carreteras por el uso que se hace de ellas? Y la pregunta del millón, la más impopular de todas, pero que pese a todo, cuenta con gente a favor ¿No sería mejor que la AP4 continuase como autopista de peaje, naturalmente, con las condiciones revisadas?
La AP4 lleva como autopista de peaje en torno a cinco décadas desde que se construyó. Este peaje ha venido a sufragar la inversión realizada en dicha infraestructura, pero a todas luces, la amortización de la misma ya se ha producido. Hasta ahora, la gestión privada de la AP4 venía garantizando beneficios como un correcto mantenimiento y un menor tráfico de vehículos pesados de mercancías, que solían emplear la antigua N-IV. A partir del 1 de enero de 2020, estas situaciones cambiarán: La empresa concesionaria ya no ejercerá como tal y el hecho de no ser una vía de pago incrementará notablemente el paso de camiones, esto último con una consecuencia directa, el asfalto de la AP4 sufrirá exponencialmente.
Es una situación muy a tener en cuenta, ¿Tendrá la AP4 su correcto mantenimiento cuando pase a ser gestionada por el Gobierno? ¿Supondrá ello el enésimo impuesto de una administración ya de por sí voraz fiscalmente hablando como es la Hacienda Española? Por lo pronto, ya no hay vuelta a atrás o eso parece, la AP4 deja de ser de pago… directo. Sólo nos queda estar vigilantes y, por supuesto no debemos cejar en nuestras reivindicaciones, pues esta situación puede traer consigo otra, que se entierre definitivamente el desdoble de la antigua N-IV entre Jerez y Dos Hermanas, un proyecto necesario, que se debería haber realizado hace tiempo y que la nueva situación de la AP4 sirva a nuestra querida clase política de salvoconducto para la perfecta justificación de la enésima promesa incumplida.