Sergio Pérez y George Russell le sacan las vergüenzas a la F1
El GP de Sakhir celebrado en el Circuito homónimo de Bahrein, aunque con un trazado diferente al habitual, ha tenido dos protagonistas indiscutibles: Sergio Pérez y George Russell. El mexicano logró de forma impecable su primera victoria y el segundo, como sustituto de Lewis Hamilton, también estuvo a punto de lograrlo, pero una mala gestión de su equipo y la mala suerte de un pinchazo dieron al traste con ello. Hasta aquí todo puede entrar en la normalidad de cualquier competición deportiva, pero cuando conocemos que Pérez posiblemente termine el año que viene sin asiento en la F1, en su casa, y que el británico deba regresar de nuevo a su modesto Williams cuando ha vapuleado a Valteri Bottas, ello nos indica que algo no funciona bien en la categoría reina del automovilismo. Así pues, analicemos un poco la situación.
Empezaremos con Pérez por darle su sitio, ya sea por su veteranía como por ser el ganador del último GP. Lleva diez temporadas en F1. Ha estado en tres equipos, cuatro si tenemos en cuenta que uno de ellos cambió de nombre y propiedad pero mantuvo estructura. Llegó a la F1 por sus buenos resultados en la entonces denominada GP2, cuando fue subcampeón por detrás de Pastor Maldonado. Debutó en el equipo Sauber y estaba en la órbita de Ferrari. A su talento debe añadirse el fuerte apoyo empresarial e institucional de su país, -entramado empresarial de Carlos Slim incluido- que siempre ha tenido. Sergio nunca ha estado en un equipo fuerte… bueno, en 2013 sustituyó a Hamilton en McLaren, pero entonces los de Woking empezaban la decadencia de la que aún tratan de escapar. Sus mejores resultados los ha logrado con Force India-Racing Point, aunque para la posteridad queda ese enconado duelo con Alonso bajo la lluvia de Malasia 2012 con el Sauber. Sus mejores cualidades: es rápido, pero también muy fino y quizás uno de los mejores gestores de neumáticos de la parrilla. No es exigente con la mecánica y hace que también las cuide bien. Encima aporta importantes patrocinios. En contra, bueno, su primera victoria se ha retrasado mucho, pero lo cierto es que tampoco ha podido hacer mucho más con el material que ha dispuesto hasta ahora.
Lawrence Stroll, el actual propietario de su todavía equipo, contra todo pronóstico le discontinuó un contrato renovado el año anterior para subir en su lugar a un tetracampeón Sebastian Vettel en horas bajas. Parece ser que para el nuevo proyecto del equipo, que pasa a llamarse Aston Martin, Vettel resulta más atractivo desde algún aspecto. El caso es que Checo ahora mismo no tiene sitio en la parrilla de F1 del año que viene. Su única posibilidad y por la única que ha negociado es el segundo coche de Red Bull para ser compañero de Verstappen en sustitución de un Alex Albon que ha demostrado no estar a la altura del coche que pilota ni mucho menos de su compañero, aunque eso es ya más complicado. Está meridianamente claro que un piloto como Checo en el equipo austríaco sería mucho más provechoso, incentivaría la competitividad de Max a la vez que traería más puntos y sacaría más partido al coche. Sin ideal alguna de qué piensan en Red Bull, si existe justicia, ese segundo coche debería ser para él. Ya ni siquiera se le puede echar en cara que nunca ha ganado. La F1 necesita a Checo más que Checo a la F1. A todo ello podemos añadir que el GP de México, uno de los más exitosos de la parrilla en términos comerciales y de afición, quedaría en riesgo. Y volvemos a los patrocinios que aporte, que serían deseados hasta por el equipo más solvente.
Cualquier puede ganar con el Mercedes
Hace unas semanas, algunos pilotos metían el dedo en la yaga a Mercedes diciendo que cualquier corredor de la parrilla de F1 ganaría con su coche, fueron Carlos Sainz y Max Verstappen para más señas. Hamilton se apresuró a decir que eso no era así, que Bottas tenía su mismo coche. Bueno, pues tras la carrera de hoy parece que el heptacampeón y su equipo han perdido la apuesta vista la brillante actuación de George Russell. Valga por delante que George es uno de los talentos de futuro de la actual parrilla de F1, fue campeón de F2, Mercedes y Toto Wolff tutelan su carrera y puede pertenecer al mismo club que los Verstappen, Leclerc, Sainz y Norris. Pero lo que ha hecho en el GP de Sakhir ha sido imperial, pues el joven británico ha vapuleado sin misericordia a un Valteri Bottas que encima ha enseñado una de sus peores versiones. Bottas fue renovado recientemente, vale, pero, ¿cómo se sostiene mandar de nuevo a George Russell al Williams con el que el mejor puesto que ha logrado es el 11º? Obviamente la actuación de Russell, pese a que al final un pinchazo le libró de su podio y posible victoria, va a traer cola. Ya se sabe cómo se las gasta la prensa británica con la F1. Que se preparen Toto y compañía para la ofensiva. Habrá que ver cuánto va a durar Bottas en Mercedes. Lo mínimo sería anunciar ya a George como piloto Mercedes para 2022 independientemente del finlandés e incluso Hamilton. Ahora, si Helmut Marko estuviese en Mercedes, Bottas estaba ya en la oficina del Paro. Russell merece la justicia de pilotar para Mercedes desde ya. Bottas está más que amortizado en un equipo top como Mercedes.
Tanto si Sergio Pérez se queda fuera de la parrilla para el año que viene como si George Russell debe disputar otro año con Williams, sería una enorme vergüenza para la F1