Qatar 2, Yamaha se consolida y Martín se suma a la fiesta
Esta vez carrera en grupo, muchos adelantamientos, muchos contactos y como no, mucha polémica. En las RRSS no se deja de comentar todo lo sucedido en Qatar, denominado esta vez GP de Doha, y hay versiones para todos los gustos. Desde la legitimidad que se le otorga a unos para impactar al contrario, hasta el rechazo y la criminalización hacia otros por hacer básicamente lo mismo. Pero además de la polémica, también hay diferentes maneras de analizar lo sucedido. Los titulares idolatrando a Jorge Martín abundan, y es que el recién llegado a MotoGP, cuando tan solo habían pasado cerca de 30 días desde que se subió por primera vez a esta moto, ya deleitaba a los suyos con una Pole, un podio, y con un liderazgo de hasta 18 vueltas de carrera.
Pero vamos a analizarlo más detenidamente.
Ducati, el juego de la silla.
Algunos se han “ofendido” al utilizar la palabra “tapón” para analizar lo que ha ocurrido hoy con Ducati. Y es que las 4 motos de Borgo Panigale han sacado de quicio a todos los que se han añadido al grupo, salvándose solo, y in-extremis, Fabio Quartararo. Martín y Zarco, después de tomar el liderazgo de la carrera desde la misma salida, abortaron los ritmos que tenían las Yamaha y las Suzuki. Tener un ritmo de 4 décimas de segundo mejor que el resto, en MotoGP, es un mundo. Pero en Qatar, por las características del circuito, y por su larga recta, las Ducati, rodando en grupo y adelantando a todos en las rectas, pueden provocar que los más rápidos tengan que ver como esas décimas se esfuman, viéndose frenados en las partes reviradas del trazado.
Pero es que no fueron una ni dos. Fueron hasta cuatro las Ducati que le amargaron la vida a Viñales, Quartararo, Rins y Mir. Se formó un grupo de 10 pilotos, con Viñales a la cola por una mala salida, en el que si se te ocurría pasar a alguien en la zona mixta, en la recta te pasaba una o dos Ducati. Hablo del juego de la Silla porque, una vez visto como transcurrió la carrera, quien se posicionase delante en la primera vuelta, ya tenía mucho trabajo hecho.
Y Martín así lo hizo, y también. Igual hicieron Zarco y Rins, que se mantuvo toda la carrera luchando entre la P4 y P2, contra tres GP1. Y poco se podía hacer, solo Quartararo, que siempre se mantuvo más arriba que Viñales, consiguió unas décimas de ventaja antes de la recta, lo que le condujo directamente a la victoria, de la misma manera que lo hizo Viñales siete días antes.
Ducati hizo un tapón considerable, provocando casi que quien quisiera hacer trampas en el juego de la silla, dicho de otra manera, adelantar al rival, se metiese en serios problemas. Joan Mir tuvo que apartar literalmente a Miller hasta en tres ocasiones, eso sí, sin que nadie pusiese en duda sus impactos y sus maneras. Pero eso sí, cuando Mir impactó con Miller al volver a pista después de irse un poco largo, a todos les faltó tiempo para criminalizar al australiano. La acción no queda demasiado clara en las imágenes de DAZN, bien podría haber sido una temeridad de Jack, pero al no ser sancionado por dirección de carrera, la duda queda ahí, en si era la primera de Miller, o la cuarta de Mir.
Al final Zarco, tirando de madurez, pasó a Martín para entrar 2° por línea de meta, tomado a su vez el liderato de MotoGP, mientras que Martín, en una demostración de control total de la situación, haciendo cero fallos, se defendió perfectamente de los ataques de las Suzuki, cediendo solo ante Quartararo y al final, ante su compañero.
La carrera de MotoGP no fue muy diferente a las que solemos ver en Moto3, solo que allí el tapón lo hacen los propios pilotos al adelantarse, y aquí lo hacen, claramente las Ducati. La superioridad de motor es tan descarada que hasta cuesta creer que las Yamaha y Suzuki sigan pensando en un futuro mantener sus motores de cuatro cilindros en línea.
Yamaha, este año parece que si.
Es una lástima este problema con las Ducati. Un problema que empieza desde la misma línea de salida y que, una vez cedidos algunos metros, si además tienes ahí hasta 4 Ducati, te puede pasar factura. Y digo que es una pena porque este año Yamaha es claramente la moto más equilibrada, por lo menos en los dos GGPP de Qatar. Incluso su gran salida de curva, gracias al grip que han sabido generar con la moto inclinada, ha hecho que hasta el problema de motor parezca menos de lo que es.
Lo de las dos Yamaha de ayer fue, a pesar de la P5 de Viñales, todo un recital de puesta a punto y de buen hacer tanto de los pilotos, como de sus técnicos. Aunque muchos están esperando que Morbidelli haga una buena carrera para hablar de este tema, para idolatrar a su amigo Ramón, y a su vez, al italiano. Que es lo que pasó durante todo 2021.
Viñales pagó cara una mala salida, pero también, además de pasar por meta en P11, le costó algo más de la cuenta superar a sus rivales. Quartararo, que se mantuvo delante suyo muchas vueltas, pudo ir superando mejor a los pilotos que tenía delante, mientras Viñales se quedó algo más estancado en el grupo. Yamaha está viviendo un arranque de año espectacular. Y cuando hablo de Yamaha lo hago concretamente del equipo oficial, porque en el Petronas, de momento, está pasando todo lo contrario. Ya el pasado domingo tuvimos que ver un claro blanqueamiento a Forcada y Morbidelli, quienes después de no superar los problemas en su M1 cuando bajaba la temperatura, dejando de ser competitivos caída la noche, vimos como toda la prensa se centró en un problema técnico, relacionado con el sistema de salida, el HoleShot. Pero pasados 7 días los problemas han seguido ahí, y ya en horario nocturno, Morbidelli y su M1, dejaban de ser competitivos.
Y si los problemas en un lado de ese box han arruinado el doble GP de Qatar, lo del otro lado ya es más que preocupante. Rossi, a la desesperada, se fue a copiar los settings de los oficiales, concretamente los de Viñales, y lo que hizo fue empeorar. Rossi dejó una triste estampa justo la semana en la que se debatía si merecía la pena seguir o retirarse; 21º en parrilla, dicho de otra manera, penúltimo, y 16º en carrera, cero puntos.
Rins reivindica el liderazgo en Suzuki
Àlex Rins dio también un gran recital ayer. Muchos no lo saben ver así, porque al final entró 4º, pero es que si vemos cómo acabó su compañero de equipo, Joan Mir, es justo destacar el papel del de Barcelona en este segundo GP de Qatar. Las Suzuki aún estaban en más desventaja que las Yamaha, al no tener tanto grip en mitad de curva y tanta velocidad también en la salida de curva, sus intentos en mantener la posición en recta ante las Ducati, fue una más que evidente misión imposible. Joan Mir Intentó en varias ocasiones adelantar lo antes posible para buscar algo de hueco antes de la recta, pero esta vez de manera desafortunada, al no poder hacerlo limpiamente y tener que recurrir al contacto.
Hasta 3 veces apartó a Miller, llegando a desesperar al australiano, protagonizando más tarde una de las imágenes del campeonato. Joan se fue largo en una curva, y al volver a entrar se encontró la Ducati de Miller, que viendo que la Suzuki se había ido algo largo, se apresuró en ganar esa posición, incluso se preparó para el impacto de Mir, lo que algunos opinan que fue ir a impactar a Mir. En la imagen en directo no se puede ver del todo claro, pero si Miller al final lo que hizo fue ocupar el sitio en pista que Mir dejó libre al salirse, quien debería haber cortado o modificado su línea al entrar debió ser Mir.
Y mientras Mir se mostraba tan impotente en ese grupo controlado por las Ducati, Rins no dejaba de adelantar una y otra vez a Zarco, a Bagnaia, y a deshacerse rápidamente de los que no eran Ducati, como Aleix Espargaró. Una gran exhibición de pilotaje que repito una vez más, se vio abortada por la potencia de las Ducati en recta.
Àlex Rins, a pesar de pasarse toda la carrera intentándolo, pudo llegar con las gomas en buenas condiciones para plantar cara a un Viñales que venía lanzado desde atrás a ocupar la segunda posición de podio. Si en el primer GP del año muchos dijeron que Mir se había consolidado como piloto número uno de Suzuki, esta vez deberían rectificar y señalar a Rins como al piloto que va a hacer todo lo posible para recupera esa etiqueta.
Binder paso adelante, Honda ni un paso más
En el nutrido grupo de hasta 11 pilotos pudimos ver una vez más a Aleix Espargaró, demostrando que su Aprilia, atención… está a un nivel superior a las Suzuki y casi emparejada a las Yamaha. Aleix, a pesar de ir esta vez al 100%, acabó 10º, más retrasado que hace tan solo 7 días, 7º, cuando declaró haber ido solo al 70%. Y es que Binder, que esta vez eligió junto a todo el grupo KTM la goma M delantera (toda la parrilla usó S/S) demostró haber dado un paso adelante, llegando a escalar hasta la 8ª posición, superando al propio Aleix, y a Miller, en la última vuelta.
Una posición que bien podría haber corrido peligro si Pol Espargaró, una vez más punta de lanza en Honda, no se hubiese ido largo al llegar al grupo liderado y condicionado por Martín y Zarco. Las sensaciones de Pol en el test fueron buenas, pero una vez enterados en materia, en modo carrera, los problemas de Pol en Honda son los mismos que han sufrido todos y cada uno de los pilotos que se han subido a ella y que no se llaman Marc Márquez, Casey Stoner, o Dani Pedrosa.
Debe ser todo un poema la cara de Aleix cuando ve delante de él a Binder y Oliveira, y peor aún, a Àlex Márquez pisarle los talones.
Los dos GP celebrados en Qatar nos han traído más estabilidad que en 2020. Aquí más o menos los que han sido fuertes, lo han sido los dos días, y los que han demostrado debilidades, también lo han hecho los dos días. Pero la noticia positiva, más allá de la tan necesitada regularidad en pisa, yo creo que sigue siendo Yamaha. En muy pocos días, en Portimao, podríamos ver a Marc de vuelta a los GGPP, y ver si realmente, la mejor M1, ahora sí, con su gran paso de curva intacto, y sin sufrir bajones de rendimiento a partir de la vuelta 10, es el antídoto necesario para hacer que Marc Márquez no lo siga ganando todo.