Disponer de un equipamiento de alta gama no depende ya del tamaño del vehículo, como sucedía hace unos años, de manera que todos podemos disfrutar hoy de los mejores contenidos tecnológicos y del más alto nivel de confort también en los coches más compactos de la gama PEUGEOT. El nuevo 208, por su parte, se enorgullece del equipamiento GT, el más completo de la gama y exclusivo para la versión dotada de propulsión 100% eléctrica, lo que confirma la importancia de esta tecnología en el ámbito del placer de conducción. No es casual que la sigla GT (gran turismo) haya designado siempre a las versiones de mayores prestaciones y más equipadas de la marca del León como es el caso, en la actualidad, del nuevo e-208. Estas siglas anuncian no solo altas prestaciones y dinamismo sino también una rica dotación de serie que eleva el posicionamiento del 208 hasta su consideración como pequeño alto de gama gracias a la presencia de una serie de tecnologías, entre ellas el PEUGEOT i-Cockpit 3D, la navegación 3D Connected Navigation con pantalla táctil de 10” HD, las llantas de aleación de 17” con neumáticos de perfil bajo, los faros Full LED, el sistema de acceso y arranque sin llave Keyless Access&Start, los asientos delanteros calefactables o la tapicería que combina Alcántara gris y TEP negro. Todo ello sin olvidarnos del más completo paquete de ayudas a la conducción disponible actualmente y que garantiza un nivel 2 de conducción autónoma, el máximo autorizado por la legislación en vigor.

Pero si esta es la realidad actual, otro PEUGEOT de pequeñas dimensiones se presentó hace 25 años como el summum del lujo y la distinción en su segmento. Hablamos del año 1995 y, por supuesto, del PEUGEOT 106 Premium, una serie especial limitada disponible únicamente en Italia.

Convertido hoy en un coche muy escaso y, por consiguiente, muy buscado por los aficionados a la marca del León, el PEUGEOT 106 Premium era una versión especial “chic” realizada en serie limitada de 600 unidades y en exclusiva para el mercado italiano.

Presentado oficialmente en el Motor Show de Bolonia en diciembre del 1995 junto a su hermano mayor, el PEUGEOT 306 Premium, llegó a la red de concesionarios en los meses sucesivos y las 600 unidades se agotaron con rapidez. El éxito del pequeño PEUGEOT radicó en su acusada personalidad que llamó la atención de aquellos que buscaban un coche diferente y, sobre todo, un grado de confort, elegancia y equipamiento propios de un coche de lujo. El equipamiento era digno de una gran berlina de representación con su tapicería completa de cuero y Alcántara (incluyendo los reposacabezas para los asientos traseros que eran muy poco habituales en la época), los asientos traseros partidos, los elevalunas eléctricos delanteros y la apertura a compás de los cristales traseros (el 106 Premium solo se ofreció en carrocería de 3 puertas), el climatizador, el airbag de conductor, la servodirección, el cierre centralizado con mando a distancia y los espejos retrovisores con accionamiento eléctrico y con calefacción. Cuando encargaba su coche en el concesionario, el cliente encargaba asimismo la certificación con el logo Premium y el número progresivo de la unidad dentro de la lista de 600 ejemplares. Exteriormente se reconocía por la inscripción “Premium” en cursiva en el lado derecho del portón, por los faros antiniebla delanteros, por las protecciones laterales y por los cristales tintados en color verde agua. El coche estaba disponible con un único motor, el TU de gasolina de 1.360 cc con 75 CV y catalizado según la normativa Euro 1. Una bonita gama de colores completaba la oferta: Blanco pastel, Rojo Lucífero, Verde Mayerling y Azul Miami. PEUGEOT, además, ponía a disposición de todos los clientes de un 106 una amplia gama de accesorios de montaje en postventa y muchos de los clientes de 106 Premium eligieron completar su coche con las llantas de aleación de seis radios y el acabado en madera en el salpicadero.