Mercedes Clase S, desde 108.150 euros
Las primeras entregas del nuevo Clase S de Mercedes se espera que sean para el mes de diciembre. El denominado internamente W223 llega como no podía ser menos cargado de novedades y dispuesto una vez más a ser el gran referente tecnológico de la industria de la automoción. Estrena diseño tanto exterior como interior, así como algunas novedades mecánicas.
En principio aterrizan tres versiones, dos con motor diésel y una de gasolina. El modelo de acceso a priori es el S 350 d, con 286 CV y un precio de 108.150 euros, 109.290 euros si se opta por la versión de carrocería de batalla larga. Le siguen el S 400 d 4 Matic, con 330 CV, y el S 500 4 Matic con 435 CV. Estas primeras versiones que llegan al mercado del Clase S equipan un motor de seis cilindros en línea y 3.0 litros de cilindrada, todos aparejados a una caja de cambios 9G Tronic automática y con convertidor de par. En el caso del S 500, cuenta con un sistema de hibridación ligera que sirve de ayuda en aceleración al motor de combustión, equilibra su consumo pero nunca funciona en solitario, lo que le otorga la etiqueta ECO de la DGT.
Pero que los más puristas de la marca no se asusten, pues seguirá habiendo versiones de la Clase S con motores V8 y V12; preparadas por AMG y, por supuesto, la versión limousine de lujo bajo el sello Maybach. De hecho, antes de que termine el año, se incorporará otra versión de gasolina, con el mismo motor seis cilindros pero con 367 CV, el S 450 4 Matic, así como el primer modelo V8, denominado S 580, pero del que por ahora no hay información.
El nuevo Clase S W223 es más costoso que sus principales rivales, el Audi A8 y el BMW Serie 7, pero sin duda es el más avanzado de los tres, por ahora. Su maletero tiene un volumen de 550 litros, el mayor de los tres.
Si bien, el exterior del nuevo Clase S es completamente nuevo, donde es realmente inédito es en el interior, muy minimalista en comparación a sus antecesores, y es que todo se controla desde la gran pantalla que ocupa la consola central. También el cuadro de instrumentos es completamente digital. Un detalle curioso es la posibilidad de elegir entre dos tipos de manetas para abrir las puertas, unas convencionales y otras que se esconden cuando se cierra el coche, al estilo de otros autos como los Tesla o el Range Rover Evoque.
En lo que a tecnología se refiere, el W223 estrena la segunda generación del sistema MBUX, el cual aglutina aún más la conexión de más elementos del coche. Llama igualmente la atención poderosamente el sistema de dirección en las ruedas traseras para mejorar la manoibrabilidad, algo que se agradece en un coloso de más cinco metros en su versión de carrocería estándar, de hecho, en las versiones de batalla larga, las ruedas traseras giran aún más para facilitar las maniobras. No se puede dejar de mencionar los faros Multibeam Lead, con la opción Digital Light que según Mercedes mejora en cien veces las condiciones de visibilidad.