Lexus y “su capota perfecta”
Lexus no había fabricado nunca un modelo cabrio con capota blanda, pero no ha escatimado esfuerzos para desarrollar el techo perfecto para el nuevo LC Cabrio.
No solo confiere al vehículo la misma silueta elegante y estilizada del LC Coupé sino que, además, tiene un funcionamiento rápido y silencioso, y al guardarse no resta apenas espacio al maletero.
Al límite
Lo normal es que un mecanismo de techo plegable dure alrededor de 10 años antes de tener que pasar por el taller, pero de un Lexus se espera la mejor calidad y durabilidad. Por eso, los ingenieros pusieron a prueba la capota hasta el punto de ruptura, y descubrieron que podía aguantar unos 18.000 ciclos de apertura y cierre antes de producirse problemas, que incluso entonces eran menores.
El riguroso programa de pruebas demostró asimismo que el sistema funciona igual de bien con temperaturas bajo cero y nieve.
Un habitáculo silencioso, libre del ruido y las vibraciones exteriores, es una parte fundamental de la filosofía Omotenashi de Lexus, de máxima atención al cliente. La capota de lona multicapa del LC Cabrio bloquea con eficacia los ruidos no deseados, y el funcionamiento de su motor hidráulico es silencioso y eficiente.
Es habitual que los descapotables sacrifiquen espacio del maletero para guardar el techo al bajarlo. El Lexus LC Cabrio ofrece el mismo espacio en el compartimento de carga que el modelo Coupé –172 litros–, ya que gracias al ingenio de su desarrollo técnico y su diseño, la capota se puede plegar entre las torres de suspensión traseras, mientras que el motor hidráulico cabe en el espacio que queda entre los asientos traseros.
15 segundos
Quince segundos es lo que se tarda en subir o bajar el techo, y se puede hacer incluso con el vehículo en movimiento –a velocidades de hasta 50 km/h–. En este sentido, las pruebas fueron también exhaustivas, y el equipo de desarrollo se valió de un túnel aerodinámico para cerciorarse de que el sistema respondiera igual de bien a distintas velocidades y condiciones de conducción, también con viento en contra.
Lexus tenía muy claro que el LC Cabrio debía ser igual de rápido que la versión Coupé, y recurrieron a túnel aerodinámico y al circuito de pruebas para asegurar que el vehículo podía alcanzar la velocidad punta tanto con el techo subido como bajado.
En lo que se refiere al comportamiento, el nuevo techo contribuye de hecho positivamente a éste. Y ello es gracias a que todos sus componentes principales se encuentran en el espacio entre las ruedas, lo que de hecho le otorga un centro de gravedad más bajo que el del Coupé, una de las claves de su excelente equilibrio y su gran carácter de conducción. Lexus empleó incluso una combinación poco habitual de magnesio y aluminio para reducir al mínimo el peso de la estructura del techo sin renunciar a la calidad ni a las prestaciones.