Nada nuevo bajo el sol en el Mundial de F1, ni siquiera en la que quizás haya sido la carrera más igualada por rendimiento en lo que va de campeonato. Max Verstappen ha ganado sin despeinarse, pero los viejos rivales del pasado, Hamilton y Alonso, así como los dos pilotos de Maranello han puesto la pimienta en una carrera que ha tenido menos acción de la que se esperaba.

En la salida, Max se puso delante y a lo suyo hasta el final. Hamilton y Alonso vivieron un llamativo juego del ratón y el gato. Se acercaron mucho, pero al final el duelo cayó a favor del asturiano que sumó su sexto podio de la temporada, segundo.

Los Ferrari sorprendieron esta vez para bien con una estrategia a una parada. Demostraron solidez y además fueron innovadores. No clasificaron bien, sanciones para Sainz incluidas. Salieron en un grupo donde quedaron atrapados junto a los McLaren, un Haas y un Williams. Todos los coches haciendo un tren y todos con DRS, sin posibilidad de adelantar. Russell provocó el único coche de seguridad y todo el mundo entró a cambiar ruedas excepto los que llevaban ya las duras desde la salida y los coches de Maranello. Sorpresivamente, Leclerc y Sainz pudieron rodar a ritmo casi de cabeza y sus neumáticos medios aguantaron muy bien. Eso les valió para como mínimo asegurar los puestos cuarto y quinto, lo que está bastante bien para la temporada que llevan.

El top 10 lo completaron Sergio Pérez, sexto y esta vez muy diluido, un más que sorprendente Álex Albon con un muy mejorado Williams, Ocon, Stroll y Bottas.