¿Eléctrico o diésel? Igual contaminación
El coche eléctrico, esa supuesta salvación que nos quieren imponer a todos, con fecha próxima incluida, y que tiene su sentido en determinadas situaciones y en determinados contextos, pero que se nos quiere imponer a toda costa, cuanto antes mejor, y sea el segmento que sea e independientemente del uso que hagamos a diario del vehículo. Todo eso da igual… ¡Eléctricos para todos!
Ideal para ciudad y áreas metropolitanas para rebajar la contaminación que allí se acumula, se hace bastante azaroso para otro menester debido a la falta de infraestructuras que tenemos, al menos en España.
Según un estudio de la Comisión de Transportes del Colegio Oficial de Ingenieros, presidida por José Ramón Perán, colegiado por Valladolid, director de Cartif y profesor emérito de la Universidad de Valladolid, se pone de manifiesto la estrecha diferencia contaminante que hay a día de hoy entre los vehículos diésel y los eléctricos.
Por un lado existe mucha dificultad en la obtención las materias primas que se necesitan como el Litio y otros componentes, y que la autonomía media de los eléctricos no son suficientes, aun más si nos salimos de un uso “ideal”, pudiendo disminuir hasta un 50% de la autonomía oficial del fabricante. Tampoco se sabe a día de hoy dónde y cómo se van a reciclar las baterías usadas, ya que los fabricantes ni las almacenan, ni se hacen cargo de ellas.
Sobre los vehículos eléctricos movidos por pila de hidrógeno, el estudio apunta positivamente que no tienen limitaciones de autonomía, ni tiempos de recarga extensos pues se cargan en unos 3-5 minutos. En la parte negativa se reseña que todo está muy retrasado en cuanto a su comercialización y en cuanto a tecnología con el añadido del alto precio del hidrógeno actualmente.
Se prevé que en unos 10 años aproximadamente se utilizará masivamente el coche eléctrico, según los expertos del estudio, pero que sus costes y precio de venta serán un 25% superior que los modelos motores convencionales.
Añade el profesor Perán, desde el punto de vista contaminante, el coche eléctrico, ensucia tanto como el diésel actual incluso más si se atienden a las emisiones de gases de efecto invernadero equiparándolo al ciclo de vida del vehículo. Es decir, desde la mina en la que se extraen los materiales hasta la emisión de partículas contaminantes provocadas por el rozamiento de los neumáticos y los frenos, se concluye que el eléctrico es más eficaz desde el punto de vista la polución urbana y es especialmente adecuado ciudad, trayectos cortos y en áreas metropolitanas. Pero de ahí no lo saques.
En el otro lado, los diésel modernos, cumplen toda la normativa actual de medioambiente y son muy versátil para todo tipo de desplazamientos.
No hay puntos de recarga suficientes
Una infraestructura adecuada de ‘electrolineras’ o ‘gasineras’ para hidrógeno es imprescindible para fomentar el uso de los eléctricos, algo de lo que España carece.
Según el informe de la Comisión de Transportes del Colegio de Ingenieros Industriales, este punto es muy complejo ya que no solo implica un coste inasumible actualmente, sino que plantea además problemas relacionados con la alta potencia que requiere la descarga rápida o las dificultades técnicas de las ‘gasineras’.
El informe recuerda que el 85% de los vehículos ‘duermen’ actualmente en la calle. Por lo que es idónea, la progresiva instalación de puntos de recarga en aparcamientos, tanto particulares como públicos.
Vehículos de combustión no contaminantes
Se avanza rápidamente la posibilidad de tener vehículos con combustibles sintéticos, por ejemplo procedente de la biomasa, y se espera que unos 4 o 5 años esta alternativa le presente guerra a los eléctricos, según Perán.
Refactory, el caso Renault
Algunas marcas están invirtiendo en la transformación de los coches antiguos, diésel o gasolina. Con la tecnología actual se transforman en vehículos muy poco contaminantes y vuelven a poner en circulación cumpliendo sobradamente la normativa actual. Ese es el caso de Renault, que reciclará en su planta de Sevilla 10.000 vehículos al año, y en Francia otros 100.000, en su apuesta por el refactory. Sin duda una iniciativa muy interesante en la industria del automóvil.