El Opel Frontera celebra su 30º cumpleaños
El mundo del automóvil estuvo dividido claramente durante décadas. En un lado se situaban los confortables coches para carretera, en el otro los vehículos diseñados para conducir por campo, ya fuese por la campiña inglesa, los grandes espacios abiertos de los Estados Unidos o las cerradas trialeras de las zonas montañosas de nuestra geografía. Sin embargo, estos rudos modelos no resultaban muy divertidos de conducir sobre asfalto. Pero esto cambió de repente en 1991, cuando Opel presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra un “vehículo recreacional” con tracción total llamado Frontera. En realidad, hubo dos integrantes: el compacto Opel Frontera Sport, que fue el primero en mostrar los atributos de los hoy omnipresentes SUV, mientras el Frontera de cinco puertas, con una distancia entre ejes más larga, fue el precursor de los modernos todoterreno ligeros. Hace treinta años el Opel Frontera ya combinaba unas óptimas aptitudes todoterreno con un buen comportamiento en carretera, además de un atractivo moderno diseño.
Con el Frontera la marca alemana creó el segmento de mercado de los polivalentes 4×4 e inició el boom de la tracción total. En Alemania fue elegido como el mejor todoterreno en 1991 y 1992. En 1993, el Frontera ya había dejado atrás a la competencia con neumáticos de tacos y lideraba las listas de matriculaciones. En 1993 y 1994 se consolidó como el todoterreno más vendido en Europa, siendo Alemania su principal mercado. Se matricularon más de 320.000 unidades. Como corresponde a un vehículo que lleva por nombre la palabra “frontera”, y que pasó rápidamente de novedad a crear tendencias y convertirse en un superventas, el éxito del Frontera no tuvo límites.
Un equipo de ingenieros internacionales desarrolló el Opel Frontera específicamente para el mercado europeo. Conseguir una atractiva imagen, el confort de un turismo, una gran funcionalidad y un buen dinamismo en carretera fueron los objetivos principales que se marcaron. Este nuevo modelo de tracción total se desarrolló junto a Isuzu, socio de Opel en aquel momento. La compañía japonesa estaba especializada en vehículos todoterreno desde 1981. El Frontera fue producido mediante joint venture por IBC Vehicles en Luton, Inglaterra. En la actualidad, los Opel Vivaro y Opel Zafira Life se fabrican en este emplazamiento.
Frontera Sport
El Frontera llegó al mercado a finales de 1991 con dos carrocerías. El Frontera Sport de dos puertas con capota dura y batalla corta contaba con un motor de gasolina de 2,0 litros que, como en otros modelos de Opel, desarrollaba 85 kW (115 CV). El Frontera de cinco puertas con batalla larga estaba disponible con el potente motor de gasolina de 2,3 litros conocido del Omega (92 kW/125 CV) o con el 2.3 turbodiésel (74 kW/100 CV). Los motores de gasolina contaban con un catalizador de tres vías de serie. La transmisión disponía de una caja de cambios manual de cinco velocidades y una caja transfer, de modo que el conductor podía elegir entre tracción trasera o tracción total; con los modos de tracción 4×4 “High” o “Low” con reductora. Opcionalmente se ofrecía un diferencial trasero de deslizamiento limitado.
El Frontera cuenta con un chasis de largueros y travesaños que también soporta la suspensión, el motor y la transmisión. La carrocería está fijada al bastidor mediante unos soportes de goma especiales -diez para el dos puertas y doce para el de cinco- que aísla de forma óptima de los ruidos y vibraciones. Los seis travesaños del bastidor en escalera garantizan la máxima rigidez torsional para la conducción por campo. La mecánica cuenta con soportes adicionales para facilitar su desmontaje para las tareas de mantenimiento o reparación.
En su producción, las soldaduras del chasis de largueros y travesaños se protegían con una pintura con base de polvo epoxi y los huecos se trataban con cera. La mayoría de los paneles de la carrocería son de acero galvanizado, el 90% de ellos con doble revestimiento. La carrocería también pasaba por un proceso adicional de prevención de la corrosión en diez fases. A continuación, la carrocería se fijaba al chasis y se le dotaba de unos recubrimientos para los pasos de rueda, mientras el modelo de dos puertas también recibía una barra antivuelco y una capota dura. El paso final lo completa otra capa de cera para los bajos de la carrocería, que le otorgaba al Frontera una protección óptima frente a la corrosión.
Segunda generación
En otoño de 1998 Opel lanzó la segunda generación del Frontera con un nuevo motor diésel de inyección directa de 2,2 litros y un 3.2 V6 de gasolina. El nuevo modelo se caracterizaba por su aumento en confort, superior estabilidad en carretera, mayor seguridad y renovado diseño. El sistema electrónico “No Stop 4×4” disponible en todas las versiones permitía al conductor cambiar entre tracción trasera y tracción total sin detenerse.
La segunda generación del Frontera estaba propulsada por modernos motores de cuatro válvulas por cilindro. El 2.2 DTI 16V desarrollaba 85 kW (115 CV) y un par máximo de 260 Nm. El nuevo propulsor de acceso a la gama era un gasolina de cuatro cilindros 2.2 16V con 100 kW (136 CV) y 202 Nm de par máximo. Los dos ejes de equilibrado presentes en cada motor garantizan un gran refinamiento. El tope de gama era el 3.2 V6 con 151 kW (205 CV) y 290 Nm, que estaba disponible exclusivamente en el Opel Frontera Limited.
Gracias a un eje trasero de cinco brazos y a una mayor distancia entre ejes en la versión de cinco puertas, su comportamiento, tanto en carretera como en campo, mejoró todavía más en comparación con su predecesor. Además, los motores más silenciosos, las nuevas juntas de las puertas y el aumento del material aislante redujeron su rumorosidad interior aproximadamente en un 50 por ciento.
La segunda generación del Frontera también ofrecía mayor seguridad pasiva. Además de la protección contra impactos laterales, las cerraduras y bisagras reforzadas de las puertas optimizaron el comportamiento de la carrocería sobre el resistente chasis en escalera en caso de colisión. Añadía unos airbags de gran tamaño y tensores pirotécnicos para los cinturones de seguridad de las plazas delanteras. El Sport disponía de reposacabezas delanteros ajustables en altura, mientras en la versión de cinco puertas estaba disponible un tercer reposacabezas trasero. La segunda generación del superventas presentaba unas líneas más redondeadas, que otorgaban un aspecto más elegante a este todoterreno pero también subrayaban su robustez. Un pilar B más delgado y una ventanilla lateral adicional aumentaban la visibilidad y, por lo tanto, la seguridad activa del Sport.
Matrícula H
Las entregas del primer Frontera comenzaron a finales de 1991, lo que significa que las primeras unidades podrán matricularse como vehículos históricos este año. Hay una variada oferta en el mercado de ocasión. El Frontera se fabricó en Luton hasta finales de 2003. Desde el punto de vista mecánico ambas generaciones son resistentes y duraderas. En las páginas web de compra/venta de vehículos se pueden encontrar Fronteras con más de 300.000 km en su marcador, tanto diésel como gasolina. Las versiones del último modelo de seis cilindros con un historial de mantenimiento bien documentado actualmente son las más buscadas. También merece la pena considerar el Frontera Sport. Al fin y al cabo, fue el primer todoterreno descapotable. En otras palabras, el Frontera es un crossover 4×4 o un SUV de una época anterior a que a estos modelos adquiriesen esas denominaciones.