“El cliente ya piensa más en gasolina que en diésel”
El empresario Ricardo Alfonso Jiménez, del Grupo Permotor, es desde hace dos años la cabeza visible de la patronal gaditana de la distribución de automóviles, Acoauto. En una entrevista con ‘La Guía del Motor’ repasa la actualidad del sector del automóvil.
-¿Cómo se está llevando a cabo su primer mandato al frente de Acoauto ahora que más o menos se cumplen dos años de que está al frente de la organización?
Vamos bien. El elenco de compañeros que están en la junta directiva, así como los miembros de la organización son todos empresarios con perspectiva del automóvil y con ilusión. Aquí de lo que se trata de aunar fuerzas entre nosotros y caminar hacia delante. Es complicado porque me ha tocado una época complicada. Primero con el Covid y con las secuelas que ha dejado en todos los aspectos económicos y empresariales, caminamos como podemos, pero ahí estamos.
¿Qué sensación le transmiten los asociados de Acoauto actualmente?
La problemática para todos es la misma actualmente y todo el automóvil está como está. La demanda principal es que coches no hay. La dichosa COVID ha llevado a la falta de chips y luego el mercado en sí ha venido, de esta manera, estas son nuestras inquietudes. Cada uno de la mano de su propia marca, y luego la asociación, a nivel de cosas comunes, son las que estamos tratando de llevar adelante.
¿Cómo está la situación actual del mercado ahora que las restricciones del COVID casi se han eliminado?
Este año está aún por debajo del 2019. No hemos sido capaces de recuperarnos de la situación porque otros factores han incidido. La economía se está despertando, pero se está agravando por ciertas situaciones puntuales que conlleva, como la guerra Rusia-Ucrania, el precio de la energía, los cambios en el uso de combustibles. Son dificultades nuevas, pero la principal es la carestía de coches para la venta, porque realmente no se están haciendo. El mercado está cambiando, de tener unos stocks inmensos ahora prácticamente son las marcas las que regulan la distribución.
¿Cuándo se atisba la solución a la crisis de los microchips?
Nosotros pensábamos y teníamos la ilusión de que iba a ser el segundo semestre de este año, pero pinta la situación que nos vamos a encajar en el segundo semestre del 2023 sin habernos regularizado de manera normal. Esto va a ocasionar que se propicien cambios en las formas de venta. El cliente espera, cosa que antes nadie esperaba con un vehículo. Ahora ya sí. Y ahí está incertidumbre del eléctrico, que todavía nuestra España no ha puesto una infraestructura para que se pueda emplear el coche eléctrico. Simplemente es la presión de cada una de las capitales que realmente impone su paso por el centro de la ciudad : Madrid, Barcelona, Sevila, Valencia, Bilbao.
Próximamente, se dice que ciudades con más de 50.000 habitantes no van a permitir circular coches que no tengan su sello ambiental… pues no sabemos hasta dónde vamos a llegar. Los cambios son enormes.
¿Considera la electrificación del automóvil como un cambio de paradigma, equiparable a cuando el automóvil se impuso al uso del carro y el caballo?
Estamos en algo en lo que los no entendidos en automóvil, llamados políticos, van por delante del sector del automóvil. Nos imponen normas y situaciones, y luego hay que acomodarse a esas exigencias. Yo no entiendo que se diga que en 2030 ya no hay ni un coche de combustión. Y yo pregunto, ¿usted qué medios ha puesto? Si en esta España nuestra la infraestructura de redes de almacenamiento, esas gasolineras eléctricas, ¿dónde están? Yo particularmente, para promover una de ellas, llevo dos años con la red de electricidad y todavía no han empezado las obras. Y estoy hablando de una que le dé potencia a nuestra zona. Estamos, como se decía antes, con el carro antes que los caballos, o los caballos antes del carro, y en esta incertidumbre cada uno hacemos lo que podemos.
¿Qué tipo de vehículo es el que más se demanda actualmente?
La demanda actual es el coche de gasolina y los híbridos, por lo menos en nuestra zona. En otros lugares con otra exigencia política, como Madrid o Barcelona, no tienen más remedio que ir al híbrido o al eléctrico. Pero los eléctricos están caros. Es cierto que si te pones a hacer números, es un coche barato, porque la inversión -si haces números sobre lo que consumes de combustible y lo trasladas a una letra o cuota-, te sale barata. Has cambiado tus gastos financieros por gastos de combustible. Realmente, como requiere un desembolso inicial alto, el coche eléctrico es caro, por mucha propaganda que nos hagan de las ayudas a la venta, la burocracia que ello conlleva es mucho más grande. Con lo fácil que era en tiempos antiguos cuando nos decían Plan Prever, y el Estado te daba el dinero directamente, no tenías que pagar ni impuestos ni sello y te dejabas de burocracia. Ahora hay mucha burocracia y el cliente se asusta.
Entonces, ¿ya no quiere el público el diésel?
No es que haya dejado de quererlo, es que se le están poniendo trabas. Y cada día, por mucha afición e ilusión que se tenga por su coche diésel, nosotros los andaluces siempre hemos sido mucho de diésel, hemos sido la zona de España donde más diésel se han vendido, mientras que por el norte se vendía más gasolina. Pero el porcentaje está bajando intensamente.
Por tanto, ¿se está produciendo el cambio de mentalidad?
El cliente piensa ya más en gasolina que en diésel. Y toda la producción se está enmarcando como mínimo en el híbrido en todas sus variedades.
¿Y qué tipo de vehículo es el que más se vende, es el SUV el nuevo rey?
Exactamente. Y además de gasolina, cuando antes no se hablaba de un SUV de gasolina y ahora la mayoría lo son. Los precios se han equiparado prácticamente entre los dos combustibles.
Para terminar, ¿qué espera su sector para el 2023?
Con muchísima ilusión que se restablezca la calma. Que seamos sensatos todos, también los que marcan la pauta. Las empresas lo único que hacemos es trabajar y quitarnos todos los problemas encima para que haya fluidez y podamos dar una magnífica atención a nuestros clientes, porque nuestro patrimonio son nuestros clientes, no otra cosa. Somos empresas de servicios y lo que tenemos que intentar hacer es lo más cómodo y más tranquilos posibles es que nos dejen trabajar.
Una última reflexión
El mercado del automóvil ahora mismo tiene una incertidumbre y dependemos de muchísimos ratios, y el más complicado es el que nos marcan, no el que marca el mercado, que sería el ideal.