Christian Thoma -izquierda- y Juan Hidalgo.

“Disfruto con los proyectos, no tengo necesidad de posesión”

Este joven francés apasionado de los coches clásicos, Alfista por tradición familiar y afincado en El Puerto de Santa María, regenta en Jerez Toro Classics Classic Cars Restorations, un negocio puntero especialista en la restauración de clásicos de alta gama: Alfa Romeo, Lamborghini, Ferrari o Porsche, entre otros. Recientemente han concluido un proyecto bien especial, la restauración integral de un Alfa Romeo 6C 2500 SS Touring Superleggera. En esta entrevista concedida a ‘La Guía del Motor’, Christian Thoma nos hablan de lo que supone la restauración de un automóvil excepcional.

Toro Classic

Lo primero de todo, ¿cómo surge la idea de abrir Toro Classics Classic Cars Restorations?

Siempre he restaurado coches a nivel personal y hace seis años, viendo que el mercado estaba en alza, vi que podía vivir de ello. Busqué la manera de montar el taller en esta zona, en Jerez, y encontré un cliente que necesitaba restaurar seis Lamborghini seguidos, y con eso me pude lanzar.

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¿Y cómo a un aficionado francés a los clásicos se le ocurre montar un negocio así en este rincón de Andalucía?

Yo llegué a la Provincia de Cádiz hace 10 años para trabajar restaurando barcos. Yo siempre quise volver a mi pasión, que son los coches. Podría haber montado este negocio en cualquier parte del mundo, pero mi casa está aquí. Y hoy día gracias a que el mercado del coche clásico está muy globalizado, los clientes están por todos los lados y para una restauración larga a un propietario de un clásico de los que yo trabajo le da igual mandar el coche a París, Stuttgart, Londres o Andalucía. Además, tienen la oportunidad venir a ver cómo va la restauración de su coche a un sitio ideal y precioso como es nuestra Provincia. Cada una de mis restauraciones viene a durar un año o año y medio.

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En su portofolio indica que son especialistas en coches italianos…

Sí, hacemos muchos Lamborghini y Alfa Romeo, aunque también estamos haciendo muchos Porsche. Realmente somos apasionados de los coches y al final cualquier proyecto supone un reto interesante. No obstante, por tradición familiar soy Alfista, entonces mis raíces van más en la dirección de Italia -risas-.

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¿Algunos ejemplos de modelos concretos que hayan restaurado, los más destacados e interesantes?

Pues todos los coches que han pasado por aquí tienen su interés, pero el último que hemos hecho es especial, un Alfa Romeo 6C SS Touring Superleggera de 1949, que ha sido un reto muy largo. También hicimos otro Alfa muy interesante, un 1900 Touring Super Sport de 1954 que quedó precioso. A nivel Lamborghini hemos hecho el Jalpa y el Urraco P300. Y ahora estamos también con un proyecto muy interesante que es un ‘backdate’ sobre la base de un Porsche 911 3.2. Este coche lo estaba haciendo para mi, pero un cliente se vio seducido por el proyecto y me lo compró. Es un proyecto que hago a ratitos compaginando con los otros proyectos en marcha.

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¿Hay algún coche en especial que te gustaría que entrase por la puerta del taller para su restauración?

Lo interesante es que creo que estoy compartiendo mi trabajo en dos vías: por un lado el nivel artesanal. Me encantan los coches de los años 30 y 40. Hacer un Delahaye o un Bugatti de esa época sería para mi el summum. Eso es una vía, originalidad a tope y respeto por lo histórico de verdad. Por el otro lado me encanta el ‘restomod’, coches más de mi generación, de los 70 y 80. Quedarnos con la estética que respeta la época pero luego jugando a mejorar la mecánica. Por ejemplo, aquí tenemos una Volkswagen T1 que quieren convertir en eléctrica. El Porsche de los 80 va a llevar una mecánica más potente de un 964. Y luego todo queda escondido bajo el aspecto retro. Esas son mis dos vías de trabajo, lo que me gusta.

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¿Acomete Toro Classics el proceso de restauración de forma integral?

Sí, para hacer las cosas bien hay que hacerlas desde cero. Las joyas son los coches que nunca se han tocado y yo siempre en esos casos soy partidario de conservar, pero si un coche hay que restaurarlo y se ha restaurado en ocasiones anteriores, lo mejor es desmontarlo entero y empezar de cero. Lo desarmamos hasta el chasis, dejamos la carrocería pelada y todos los componentes los separamos por apartados para ir haciéndolo de forma individual.

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Por tanto y al nivel que trabajan en Toro Classics, ¿cuánto dura más o menos un proceso de restauración suyo?

Año o año y medio, dependiendo del estado en que esté el coche. Por ejemplo, en un coche artesanal como es el Alfa 6C hay mucha investigación que hacer, pues cada hora de trabajo es una hora de investigación. El 6C hemos tardado en hacerlo año y medio, pero incluso para estos coches es poco.

Imagino que cuentan con un buen equipo profesional que le respalda…

¡Claro! Sin ellos, no soy nadie.

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En un negocio así, ¿hay mucha demanda por trabajar con usted?

Hay gente que quiere entrar, pero yo busco competencias altas y concretas, por lo que soy muy selectivo. Eso sí, en la Provincia de Cádiz he encontrado gente que trabaja muy, pero que muy bien. La gente se sorprende de que tenga mi negocio en Jerez, no parece el sitio idóneo para montar un negocio de restauración de clásicos de alta gama, pero he encontrado artesanos y gente muy competente. Especialmente todos los profesionales que trabajan para la aeronáutica. Nosotros les diseñamos las piezas y ellos las fabrican con nuestros planos. Y, lo más importante, pido calidad a mis proveedores, soy muy exigente, y a ellos le gusta, incluso se sorprenden de que haya alguien que esté dispuesto a pagar esa máxima calidad. Si eres bueno pintando coches pero siempre te piden “bueno, bonito y barato”, es frustrante. Pero cuando te piden lo mejor de lo mejor, es diferente. Y de este modo creo que se construyen las mejores relaciones de trabajo, con el amor por las cosas bien hechas.

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¿La mayoría de los encargos vienen de fuera?

Sí. Tengo clientes extranjeros que viven en el extranjero, clientes extranjeros que se vienen a vivir aquí o clientes españoles que viven fuera, pero no tengo clientes locales aún, eso sí, deseando estoy que entre uno por la puerta, en Toro Classics todo el mundo es bienvenido.

¿Está contento por cómo funciona Toro Classics?

Sí, estoy contento. Lo que nos estabiliza es que son proyectos muy largos. La crisis del Covid no la hemos notado como a otros talleres que han perdido el trabajo del día a día. Aquí nos encargan un trabajo de año y medio y además tenemos una cola de coches. Es trabajo para tres o cuatro años por lo menos.

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Un proyecto apasionante

El último proyecto llevado a cabo por Toro Classics es un automóvil realmente excepcional, un Alfa Romeo 6C 2500 SS Touring Superleggera de 1949. El coche llegó a manos de Christian Thoma y su equipo totalmente desmontado. Hacer la restauración de una carrocería de Touring Superleggera suponía todo un reto. Superleggera hace  alusión al modo de construcción de la firma carrocera Touring de Milán, paneles de aluminio montados sobre una estructura de microtubos, a su vez todo montado sobre un chasis viga de Alfa Romeo.

La restauración de la carrocería la realizó un carrocero de Lago di Como y el coche en le fue entregado a Toro Classics en aluminio desnudo. La mecánica estaba en cajas. El coche venía de Estados Unidos y llevaba 40 años desmontado. Cuenta Christian que todo hubo que ir encajándolo como si de un puzzle se tratase, poco a poco. Muchas piezas de mecánica que faltaban se hicieron nuevas, gracias al talento de Juan Hidalgo ingeniero y mecánico.

El interior se hizo nuevo completo y cada una de sus piezas “tiene su historia”, añade Christian. La tapicería corrió de manos de Lorenzo Justo, un artesano de reconocida trayectoria y quizás la mayor referencia de Andalucía en lo que a tapicería artesanal de automóviles se refiere.

“Ha sido toda una aventura, pues hemos tenido que fabricar gran cantidad de piezas y llevarlas a plano desde fotografías, pero estamos muy felices del resultado”, afirma Chistian.

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¿Echará de menos un coche así cuando no esté en el taller?

Eso me dicen, pero voy a decir que no. Es un estrés tener un coche así aquí. Y tenerlo terminado es un peligro, pues el mero hecho de pasar por el lado con prisas y hacerle un pequeño rallón accidentalmente o tirarle encima una herramienta, sería un desastre, pues habría que volver a pintarlo o algo aún peor y para ello, habría que desmontarlo por completo. Imagínate, de un arañón pasaríamos a una reparación completa. Ya que lo disfrute su dueño, yo disfruto los proyectos, no tengo necesidad de posesión. Hago un coche, lo entrego y paso a otro, yo de lo que realmente disfruto es del proyecto”.