Camino de ser un clásico, el Opel Vectra cumple 25 años
Hace 25 años, en 1995, la segunda generación del Opel Vectra fue el primer automóvil del mundo equipado con unos inéditos pedales de seguridad que, al retractarse de manera programada en caso de grave accidente frontal, limitaban los riegos de generar heridas en los pies y en las tibias del conductor.
En esa época, el Pedal Release System (PRS), que Opel había patentado, suponía un avance muy importante en el campo de la seguridad pasiva. Para complementar todo el trabajo realizado en los automóviles modernos con la deformación programada de la carrocería en caso de choque frontal, los pedales del freno y del embrague se retractaban automáticamente sin penetrar en la parte inferior del habitáculo y, por lo tanto, sin peligro de generar heridas en los pies del conductor.
La columna de dirección, de tipo telescópico, estaba además fijada a una traviesa específica situada a la misma altura que el primer montante y, de esta manera, quedaba separada de la estructura del parabrisas. Esta solución permitía limitar la intrusión de la columna de dirección en el habitáculo en caso de accidente con alcance frontal. Desde entonces, los pedales retráctiles de seguridad de Opel se convirtieron en dotación de serie del resto de los modelos de la marca alemana empezando por el Astra-G (1998) y el Corsa-C (2000).
Los pedales retráctiles completaban una amplia gama de dotaciones de seguridad pasiva de alta tecnología que situaron al Vectra como el referente de su categoría en el momento de su lanzamiento. Este coche fue el primer vehículo de gran serie equipado con los llamados airbags “full-size”, resultado de una innovadora tecnología mixta.
A diferencia de los dispositivos convencionales, estos airbags, situados frontalmente y que protegían a los ocupantes delanteros, se hinchaban con gas Argón presurizado (conservado en cilindros especiales de acero a una presión de 200 bar) que se liberaba gracias a una pequeña carga pirotécnica.
La amplia superficie de carga del aire ofrecía una mayor protección en caso de impacto frontal y, sobre todo, en caso de que el choque en la parte delantera se produjera al impactar de manera oblicua con otro automóvil. En este tipo de accidentes, el golpe recibido en la cabeza y la parte superior del cuerpo de los ocupantes quedaba también amortiguado por la mayor superficie del airbag.
La doble barra anti-intrusión en las puertas y los cinturones de seguridad con carga de accionamiento pirotécnica formaban asimismo parte de la dotación de serie. El año siguiente – con el lanzamiento de la versión Station Wagon – Opel dio un nuevo paso hacia delante en el ámbito de la seguridad pasiva al dotar al modelo de airbags laterales en las plazas delanteras.