Adiós al ‘Preside Volante’, Nino Vacarella
El número de personajes legendarios que el automovilismo italiano ha alumbrado es casi ilimitado y hace unos días se extinguió la llama de todo un veteranos, un piloto rápido, de aspecto pausado, pero temperamental y explosivo… hablamos de Nino Vacarella. El corredor de Palermo el 23 de septiembre en su Palermo natal a los 88 años de edad y no queríamos dejar pasar en ‘La Guía del Motor’ el poder recordarle.
Apodado como el Preside Volante -Director Volador-, porque su familia era propietaria de un colegio privado donde él impartía clases y era director, Nino Vacarella se inició en el automovilismo allá por 1956 haciendo sus pinitos con el Fiat Abarth 1100 de su padre. Tras disputar diversas carreras locales con un Lancia Aurelia y con un Maserati A6G 2000, en 1961 debutó en F1 de la mano del equipo privado Scuderia Serenissima con un humilde De Tomaso OSCA. Tras participar en varias carreras de resistencia con la estructura veneciana captó la atención de Ferrari, que lo fichó para disputar las pruebas de resistencia con el equipo oficial.
Y es que el paso de Vacarella por la F1 fue fugaz, apenas cinco carreras en los años 1961, 1962 y 1965 con Porsche, el mencionado De Tomaso o un Lotus, en ambos casos con la formación privada Scuderia Serenissima. Sólo disputó una carrera de F1 con Ferrari, el GP de Italia en Monza de 1965.
Su debut con Ferrari fue esperanzador, terminando segundo en las 12 Horas de Sebring de 1963 con Lorenzo Bandini y Willy Mairese. Un año más tarde, en1964 alcanzó la gloria al ganar las míticas 24 Horas de Le Mans junto a Jean Guichet a bordo del 275P. Ese mismo año también ganó los 1.000 Km de Nurburgring y quedó segundo de nuevo en las 12 Horas de Sebring. En 1965 sería profeta en su tierra al alzarse con la victoria en la mítica Targa Florio, también con Ferrari. Su última victoria con la Scuderia sería en las 12 Horas de Sebring de 1970 a bordo del fabuloso 512 S, uno de los coches de competición más bellos jamás fabricados.
En 1971 repetiría triunfo en la carrera de casa, su amada Targa Florio, en este caso ya como piloto Alfa Romeo conduciendo su no menos mítico 33/3 junto al holandés Hezemans. Ese mismo años logró el segundo puesto en los 1.000 Km de Zeltweg y en las 12 Horas de Sebring. Tras ganar la Targa Florio de 1975 también con Alfa Romeo y junto a otro gigante, Arturo Merzario, el Preside Volante colgó el casco y los guantes.
Personaje venerado en su Sicilia natal, unos días antes de disputarse la Targa Florio, todas las carreteras de La Madonie que conformaban el circuito de la mítica prueba amanecían con su nombre escrito. Nino Vacarella ya se encuentra en el Olimpo del automovilismo dando lecciones de pilotaje. Descanse en Paz, leyenda.