500 E W124, el Mercedes-Porsche
La aparición en 1984 del BMW M5 provocó una suerte de euforia por las berlinas deportivas. Uno de los primeros en contestar al fabricante bávaro fue Lancia, ya dentro del Grupo Fiat, colocando a su recientemente estrenado buque insignia, el Thema, el motor V8 de los Ferrari 308 GTB/GTS. Si bien, el Lancia-Ferrari con sus 218 CV quedaba un poco en inferioridad de potencia frente a los 286 del bávaro, el transalpino jugaba la baza de su imagen asociada al mítico constructor de coches deportivos y F1.
En aquel tiempo Mercedes terminó de tomar conciencia de que BMW era definitivamente un rival muy peligroso. Las primeras respuestas de la casa de Stuttgart hacia el M5 vinieron desde fuera. AMG aún era una compañía independiente, aunque fuertemente vinculada y asociada a la firma de la estrella, y por su cuenta desarrolló interesantes versiones potenciadas del Clase E W124 que rivalizaban directamente con el M5 aunque no desde una perspectiva oficialista. Hablamos de los Mercedes 300 E AMG en sus versiones 3.6, 5.6 y 6.0. El paradigma cambiaría a finales de la década, pues con la llegada del nuevo M5, el E34, con sus 315 CV de potencia -más tarde 340-, Mercedes se lanzaría por fin a tomar cartas en el asunto.
Tomando como base el trabajo realizado por AMG, Mercedes proyectó una versión de altas prestaciones del Clase E W124, aunque contrariamente al rival al que querían batir, los de la estrella jugarían la baza del confort y la distinción: la nueva berlina deportiva de Mercedes sería muy rápida, pero sus ocupantes viajarán en ella de la forma más cómoda posible y rodeados del mayor de los lujos.
Pero pronto surgiría un problema: La fabricación de ese automóvil supondría una inversión extra pues no disponían de la infraestructura necesaria. La solución llegó de forma externa y es ahí donde entra en escena el otro gran fabricante de Stuttgart: Porsche.
Porsche en aquellos años no pasaba una situación financiera agradable y necesitaba de proyectos que aportasen liquidez. La oferta de Mercedes para construir su berlina de altas prestaciones les vino como agua de mayo. Una vez alcanzado el acuerdo, el proyecto quedaría de la siguiente forma: Porsche recibiría en su planta de Zuffenhausen, concretamente en el edificio Reutter, las carrocerías y los componentes mecánicos procedentes de Sindelfingen, y se encargaría de su ensamblaje y puesta a punto, para luego enviar los coches terminados de vuelta para un vistazo final por parte de Mercedes. Un detalle final: el nuevo súper Mercedes se llamaría 500 E.
El 500 E exteriormente y de lejos no tiene diferencia estética ninguna con el resto de sus hermanos de gama, factor clave en Mercedes que siempre ha apostado por la discreción en sus coches. Sólo cuando uno se acerca aprecia bien los detalles diferenciadores, aletas ensanchadas, más ancho de vía, neumáticos de mayor tamaño y unos paragolpes más deportivos. En el aspecto mecánico, Mercedes recurrió al nuevo V8 M119 de 5.0 litros con 326 CV que debutó con el roadster 500 SL W129, aparejado a una novedosa caja de cambios automática de cinco velocidades. Es precisamente en este detalle donde Mercedes apostaba por un vehículo de filosofía más tranquila frente a un M5 con caja de cambios manual invertida al estilo de competición. No obstante, el 500 E era capaz de acelerar de 0 a 100 en 6,1 segundos y alcanzar una velocidad limitadas de 250 Km/H, aunque se cuenta que las versiones sin limitador superaban los 280.
En 1992 se produce un restyling estético del Clase E, así como la introducción de nuevas variantes mecánicas. También se produjo el cambio de denominación de Mercedes al sistema que actualmente sigue vigente, de modo que el 500 E pasó a denominarse E 500. En 1995 la nueva Clase E W210 con su característico frontal de doble faro sustituye al W124 y nuevamente Mercedes recurriría a Porsche como apoyo en la construcción del que sería la versión más potente, el E 50 AMG, aunque esa es ya otra historia.
Con un total de 10.479 unidades fabricadas, los 500 E W124 constituyen uno de los clásicos modernos -youngtimers- más interesantes no sólo dentro de Mercedes, sino a nivel general, y el hecho de que fueran fabricados por Porsche tiene mucho que ver en ello. Del total de ejemplares construidos, destacan 45 unidades denominadas E 500 Limited que equipaban el motor 6.0 litros de 376 CV. Porsche ofrecía una preparación sobre el 500 E estándar que le incrementaba la potencia a los 399 CV. 30 años después de su lanzamiento, los 500 E /E 500 W124 ven cómo se incrementa su valor e interés como vehículos de colección. Más que un lobo con piel de cordero, el 500 E siempre fue un atleta en toda regla vestido con traje de ejecutivo.