Las Motos nos apasionan y esa pasión es lo que nos hace estar al pie del cañón”
Escuchar el apellido Payán en Cádiz es escuchar el sonido de una moto de gran cilindrada. Motos Payán es empresa, Motos Payán es familia, pero sobre todo Motos Payán es pasión hacia las dos ruedas, una pasión que cumple 35 años, que en verdad son 60, los años que hace que Enrique Payán Rodríguez abrió en la gaditana calle de Conde O´Reilly -léase Conde Orelli- un pequeño taller y desde el cual el negocio se fue expandiendo gracias al buen hacer de sus hijos Enrique y Manuel, que a día de hoy, después de mucho trabajo y mucha pasión es una referencia. Aprovechando estas efemérides, ‘La Guía del Motor’ entrevista a los hermanos Payán para que cuenten todos los años de historia sobre dos ruedas que llevan a sus espaldas…
Motos Payán cumple 35 años, pero en realidad son los 60 años que cumple la empresa matriz fundada por su padre…
Manuel Payán: Todo empezó con mi padre y su pequeño taller de la Conde O´Reilly de unos 80 metros y donde reparaba todo tipo de motos de aquel tiempo, en especial las de gran cilindrada. Los servicios incluían pintura, reparación, restauración… y añoramos mucho ese pequeño taller de 80 metros en el que teníamos que hacer filigranas tanto a medio día como por las noches para guardar las motos dentro, pero nos dio mucho encanto y muchos frutos, y siempre se añora.
Enrique Payán: Como dice Lolo, se echa mucho de menos, porque ese negocio es la raíz de lo que hoy días es Motos Payán. Nuestro padre era un referente en la Provincia de Cádiz porque era el único que tocaba todas las motos grandes de ese tiempo. Había que hacer malabarismo para guardar tantas motos que arreglábamos en aquel taller que era un túnel.
¿Qué recuerdo guardan de esa empresa, sobre todo viendo dónde están ahora?
EP: Muchos recuerdos. Han sido muchos sacrificios desde lo que era mi padre, Enrique Payán, a lo que hoy en días es Motos Payán. ¿Por qué? Horas se han echado lo que no se puede imaginar para llegar a estos extremos. Esfuerzos se han hecho bestiales de donde no teníamos, porque éramos un taller, un pequeño taller. Y de ahí conseguimos a base de tantas horas y sacrificios llegar a donde estamos hoy día.
MP: El taller al principio tenía 80 metros, pero fuimos creciendo, fuimos cogiendo locales alquilados en los alrededores, en Conde O’Reilly, 9 montamos una pequeña tienda multimarca; en el 12 se montó una tienda también multimarca pero dedicada a motos de gran cilindrada. Y como seguíamos creciendo y el taller se quedó chico, pues alquilamos dos locales más, llegando a tener cinco locales, casi la calle entera, vamos. Se añora mucho ese taller, él lo inició y como siempre nos ha gustado este tema, gracias a Dios el trabajo en que estamos es el que nos gusta y con mucha ilusión tiramos adelante.
Cuando ustedes empiezan ya con ‘Motos Payán’, ¿ven muy distinto el negocio de entonces con el de ahora?
EP: Una barbaridad, un cambio total en todos los aspectos. Hoy todo se ha profesionalizado mucho. El personal tiene que estar muy preparado tanto en materia de ordenador como de cursos, es un no parar. Anteriormente era un taller y una tienda, repartías y vendías. Hoy día son 180 grados de diferencia.
MP: También está el tipo de moto que se tocaba antes, en los 80 y 90 eran motos de gran cilindrada para hacerle reparaciones, preparaciones, escape… la gente demandaba más la moto deportiva para salir a carretera. Cuando empezaron los rádares de tráfico empezó a cambiar el concepto de moto. Hay scooters, maxiscooters y motos de gran cilindrada, pero enfocadas al turismo. Y en el caso de las deportivas va cambiando el tipo de cliente, que las adapta para hacer tandas en los circuitos.
Es que la moto ha evolucionado mucho, antes era sota, caballo y rey, y ahora hay unas gamas enormes, ¿no creen?
EP: Hay motos para todos los gustos.
MP: Con la situación de las ciudades se demanda una moto práctica y cómoda. Ya la moto es un medio de transporte habitual y antes el motero era un apasionado.
Las motos y la Familia Payán es una historia de pasión ante todo, por encima del trabajo…
EP: sí exactamente. Desde los seis años estamos montando en moto. Y no dando vueltecitas, salíamos del colegio los dos hermanos, vivíamos en un chalet de avenida Marconi. Y uno bajaba una rueda, el otro por el otro lado, y ahí nos quedábamos hasta la noche.
Este año se conmemora el paso de Enrique Payán Rodríguez a Motos Payán, los hermanos asumen el liderazgo del negocio familiar…
EP: Las tomamos, pero nuestro padre estuvo con nosotros hasta que falleció, hasta el final. Y tenemos muy buenos recuerdos.
MP: Hicimos la SL. Yo empecé con las motos con 13 años y tengo 58. Me gustaban tanto las motos que me desvié de los estudios. Y mi padre por no dejar cabos sueltos, me dio un puesto de trabajo. Las motos realmente me apasionaban y esa pasión nos ha dado la suerte de seguir hoy al pie del cañón.
EP: Tengo un recuerdo bastante bueno. Yo estaba estudiando y entré al taller con 17 años. Pero yo llevaba dos años suspendiendo en el instituto. Me iba al instituto con la moto de cross y cuando salía me iba al Camping Vespa a rodar. Hasta que conseguí que mi padre se diera cuenta de que yo no quería estudiar, y entonces pasé al taller.
Empezaron como concesionario multimarca y luego pasan a ser concesionario oficial Yamaha…
EP: Motos Payán fue primeramente Servicio Oficial Yamaha. Lo llevábamos con otro compañero que tenía Yamaha. En ese momento, fábrica iba a nombrar otro concesionario en Cádiz. Pensábamos que lo íbamos a conseguir por los años que llevábamos trabajando con ellos, pero nombraron a otro señor, y, francamente, nos dolió. ¿Qué pasó? Empezamos a importar motos: Kawasaki, Suzuki, Honda… traíamos todo menos Yamaha, porque respetábamos a su concesionario… en esa época no había problema como hoy día que exigen muchísimo, aparte de que las marcas japonesas no permiten tener dos marcas juntas de las suyas.
MP: Llevábamos motos de todas las marcas, intentábamos traer motos que no se importaban a España: la Suzuki RGV 500 Gamma, la Honda Pacific Coast, la PC 800, la Space, la Yamaha TDR 250, la Kawasaki GPX 250… muchos modelos que no se veían por aquí. Teníamos la novedad esa, e íbamos muy bien hasta que nos hacen la proposición de coger la marca. Entonces echamos todo a un lado y nos quedamos con Yamaha.
Y llega la proposición de Yamaha, hablen un poco de su relación con la marca…
EP: fue muy gracioso. Teníamos el taller de Conde O’Reilly y la tienda en Muñoz Arenillas. Vino José Manuel de los Ríos, el entonces delegado de Yamaha que nunca se me olvidará su nombre, vieron la tienda y quisieron ver el taller, entonces los llevamos, ellos en un coche y yo delante con una Yamaha TDR 250, y me preguntaron: “¿esto de dónde lo habéis sacado?”. Yo les conté que lo habíamos importado nosotros. A raíz de ello fuimos evolucionando. Pasamos del taller tan añorado y que nos dio todo en Conde O’Reilly al de Zona Franca aquí en Jimena de la Frontera. También compramos la tienda de la avenida, que fue el paso más decisivo que dimos.
MP: Añado al respecto que cuando montamos el taller en Zona Franca fue la primera tienda de España con la imagen de Yamaha oficial, los colores rojo, gris y blanco. Y seguimos la línea hasta el último cambio que nos han pedido.
Definan la seña de identidad de Motos Payán…
EP: Motos Payán es una empresa muy seria. Tenemos un equipo profesional súper preparado. Estamos alineados con la marca al cien por cien. Yamaha es la marca de nuestra vida, a la que siempre hemos querido. Tenemos muy buena relación con fábrica, porque atendemos todas sus necesidades y todo lo que nos piden. Estamos muy contentos con ellos.
MP: exigencia en el trabajo. Dar la mayor calidad posible. Un equipo humano estupendo. Como mi hermano y yo nos hacemos mayores y los cambios van costando, hemos nombrado a una persona como gerente, más joven, con muy buenas ideas, que lleva el negocio perfectamente. Es Sergio y asume todo el tema laboral, la relación con las agentes Yamaha IS que tenemos, así como con la marca. Y para las decisiones nos ponemos de acuerdo con lo que él nos plantea.
Pasan de Muñoz Arenillas a la avenida, y luego montan el gran centro de referencia de Yamaha para la provincia de Cádiz e incluso Andalucía…
EP: Correcto, fue un paso muy importante y de mucho riesgo. Son 3.000 metros lo que tenemos. Estamos muy contentos porque fuimos la primera tienda taller en portar la actual nueva imagen de Yamaha en toda Europa. A partir de la nuestra vinieron todas las demás. También tuvimos otro cambio drástico. Yamaha cambió profesionalmente y te exigían más: formación, los colores corporativos en la tienda, vestimentas, las motos asesoradas, el taller tal y como lo tenemos… estamos muy contentos… mucho esfuerzo, pero muy contentos.
MP: Ampliamos a un taller con seis elevadores, aire acondicionado… yo siempre he sido más de taller y Quique con las ventas, mi pasión ha sido el taller. Realmente cada uno en su faceta nos hemos complementado mucho profesionalmente, nunca hemos tenido problema y eso en un negocio familiar es raro, pero nunca tendremos problemas. Siempre dialogamos los dos con Sergio y entre todos tomamos la mejor decisión. El taller y la recepción están a la vista del cliente, se ve todo, y eso le da confianza al cliente ya que está viendo con todas las garantías cómo el mecánico repara su moto.
EP: Fuimos los primeros en hacerlo así porque así lo queríamos. Igual pasó con la tienda de la avenida, mi padre quería las cristaleras más pequeñas y nosotros las queríamos enteras, porque con el esfuerzo que hicimos para comprar el local queríamos que desde la misma avenida se viera perfectamente todo, y eso lo hemos aplicado al taller para que el cliente se tome un café y vea cómo reparan su moto.
Motos Payán, y Enrique Payán Rodríguez han sido escuela de mucha gente que ahora tiene negocios de la moto en Cádiz, ¿verdad?
EP: Correctísimo. Mi padre fue el artífice de todo el sector de la motocicleta en la Provincia. Era un referente, muy profesional, siempre al detalle. Y tenía toda la clientela.
MP: Era muy estricto en su trabajo, siempre con un trapo en la mano limpiando todo lo que tocaba. Una vez la moto estaba reparada, se le hacía una limpieza exhaustiva, incluyendo los bajos del motor o los guardabarros, de hecho, muchas veces devolvía la moto al petroleado porque el resultado no le gustaba y lo ordenaba repetir. Y hoy en día seguimos haciéndolo nosotros, seguimos llevando por bandera sus ideas. Y hay varios negocios en Cádiz que son ya concesionarios y que en su día trabajaron con nosotros. Y nosotros seguimos formando mecánicos que nos llegan desde la escuela, y muchos se quedan con nosotros después de sus prácticas.
¿Imaginan las motos que han vendido?
MP: ¿Desde el 90, en 35 años? Difícil de calcular, muchísimas.
EP: Desde que se ha profesionalizado el negocio, aún más el negocio, nosotros no llegábamos a los objetivos de la marca, entonces contratamos a nuestro gerente, Sergio, que es una gran persona y un pedazo de profesional. Y a partir de ahí las ventas aumentaron mucho más. Algunos años hemos puesto en la calle 2.000 unidades…
MP: Bueno, también tenemos las motos de ocasión que nos entregan los clientes que vienen por una Yamaha. Eso suma también.
Cádiz, una provincia peculiar, pero muy motera. Pese a todo, mantener un negocio así 35 años es para darles un premio…
EP: Nuestro mayor reconocimiento es que el cliente salga contento de nuestras instalaciones. Y que siga viniendo. Ser serio, cumplir las cosas como tienen que ser y seguir adelante. Nos ayuda mucho la pasión que tenemos, que es lo que se nos ha inculcado desde pequeños en casa, hablando feamente, lo que hemos mamado.
MP: En Cádiz se disfruta de buen clima y hay mucha afición a la moto. Y tenemos clientes desde hace muchos años y gracias a su boca a boca vienen clientes nuevos.
Para terminar, ¿qué desafíos futuros afronta Motos Payán?
EP: Seguir creciendo. No queremos quedarnos donde estamos, si surge la oportunidad de hacernos cargo de otras zonas de esta Provincia o dar el salto a otra, seguimos adelante.
MP: Es importante reflejar que seguimos a Yamaha en sus nuevos desafíos de movilidad eléctrica, con motos y bicis eléctricas. Siempre alineados con Yamaha en todos sus planes futuros.
EP: Aunque nosotros seamos ya mayores, queremos que Motos Payán siga adelante, y si podemos avanzar con otros proyectos en otros puntos de la geografía, por nosotros y nuestro gran equipo, seguimos adelante. Nunca nos queremos quedar estancados, los nuevos desafíos realmente hay que buscarlos.
MP: Por supuesto, siempre de la mano de nuestros centros asociados Yamaha IS, en Barbate, La Línea, Tarifa, Chiclana y Rota. Es un punto importante a la hora de distribuir las motos. Estamos en toda la Provincia.