Entiende cómo funciona un renting de vehículos
El renting de coches se diferencia del resto de contratos de esta naturaleza por su duración. Puede ser de un mínimo de 24 meses y hasta duraciones que pueden superar los 60 meses.
Las personas que optan por este tipo de servicio a la hora de disfrutar de un vehículo, en detrimento de la compra en propiedad, emplean este mismo vehículo por un número concreto de kilómetros simplemente pagando una cuota mensual. Este tipo de contratos puede realizarse sobre un automóvil o bien sobre un vehículo industrial o profesional
Lo que necesitas saber sobre el renting
Una vez que tenemos claro que el renting, entendemos que se basa es un contrato de alquiler a largo plazo por el que mediante el pago de una cuota mensual usamos un vehículo con la única limitación de un kilometraje concreto.
Hay muchas empresas especializadas en servicios de renting, entre las que destaca Covey, que no sólo tiene en su portafolio turismos, sino también una completa selección de vehículos profesionales como furgonetas y carrozados del tipo paquetero o frigoríficos, con los que mantener la carga a una temperatura controlada.
Las ventajas del renting
Hoy día muchas personas, tanto particulares como profesionales, emplean la fórmula del renting para el vehículo del que hacen uso a diario, y es que son muchas las ventajas que ofrece frente a la compra tradicional, especialmente entre los profesionales y en lo que se refiere al capítulo económico. Suscribir un contrato de renting no requiere una gran inversión, sus cuotas son fijas durante todo el tiempo en que el contrato está en vigor y es ventajoso en el capítulo de las deducciones fiscales.
Estamos acostumbrados a entregar una cantidad determinada de dinero a modo de entrada con la adquisición de un vehículo. En el caso del renting esta cuantía es menor. Por ejemplo, en el caso de Covey sería el equivalente a entre una y 2 cuotas mensuales, que tienen como principal objetivo reducir las cuotas mensuales durante el plazo que dure el renting.
En referencia a las cuotas, estas siempre son fijas y nunca nos encontraremos con ninguna sorpresa. Y es que mediante un contrato de renting con el mero hecho de abonar las cuotas, los servicios de mantenimiento, reparación y recambios del vehículo están incluidos. Es el único pago que hay que hacer por usar el vehículo.
Los autónomos y profesionales que optan por el renting para el vehículo que emplean en su trabajo pueden deducir en el IRPF el cien por cien de la cuota del renting, y solicitar hasta un cincuenta por ciento de deducción en el IVA.
¿Es mejor el renting o la compra de un vehículo?
Es una pregunta muy recurrente que cada vez se la hacen más usuarios, tanto particulares como autónomos y empresarios. Y es que poco a poco la tendencia por el renting va ganando adeptos pese a que en España aún se tiene un sentimiento muy fuerte por la propiedad.
Comprar un coche o una furgoneta para tu empresa
El modelo más usual de compra de un vehículo siempre es mediante financiación, lo que nos obliga a recurrir a un préstamo a largo plazo, con todo lo que ello supone en nuestra planificación económica.
Un aspecto determinante en la modalidad de compra es la depreciación del vehículo. El simple hecho de sacarlo del concesionario ya supone la pérdida del diez por ciento de su valor. El primer año la pérdida total de su valor es del 20 por ciento y tras cinco años, el valor del vehículo será solo de un 40 por ciento.
El hecho de adquirir un vehículo implica la propiedad, y ello a su vez, tener que cargar con los gastos derivados del mantenimiento, ya que las reparaciones, los recambios, el seguro obligatorio y el pago de impuestos corren a cargo del titular del vehículo. En el renting, no es así.
Contratar un renting para tu empresa
En contraposición a todo lo expuesto en el anterior epígrafe relativo a la compra del vehículo, en el caso del renting tienes desde el primer momento una cuota de libre elección así como la duración del contrato.
Como se ha mencionado unas líneas más arriba, con el simple pago de la cuota, aspectos que pueden ser gastos imprevistos, como reparaciones o recambios, están incluidos. No hay sorpresas ni imprevistos.
Y además, desde inicios de año se sabe el importe que se va a pagar durante esos doce meses, con lo que resulta ideal para hacer una previsión financiera.