Toyota Yaris, agilidad y consumo muy bajo
Por Keko Romero
El Toyota Yaris sorprende por muchos motivos y es quizás por lo que la prensa especializada le ha concedido el último premio Coche del Año 2021 en Europa. Desde La Guía del Motor hemos querido realizar una prueba con recorrido eminentemente urbano y metropolitano que es donde las habilidades de este pequeñín afloran con fuerza y rapidez.
Es la cuarta generación de este turismo del segmento B que llega casi 20 años después de que se presentase el primer modelo allá por los años 1999-2000. El Yaris no llega a los cuatro metros de longitud, sólo está disponible con carrocería de cinco puertas y con una única opción mecánica, híbrida para más señas.
Toyota fabrica también dos versiones del Yaris a gasolina, pero no están disponibles en España, donde el productor nipón vende casi la totalidad de su gama con mecánica híbrida, a excepción de las furgonetas Proace, que en realidad es un proyecto común con Stellantis, y los 4×4 Land Cruiser e Hilux.
Cuatro acabados ofrece Toyota para su Yaris, que desde el más económico al más lujos y equipado son: Active, Style, Style+ y Bussiness. Aparte está el exclusivo Yaris GR 160, un coche en edición ultralimitada casi una réplica del que emplea la marca en el WRC, que poco tiene que ver con el Yaris estándar. En lo que al precio se refiere, suele moverse entre los 17.000 y 23.000 euros.
Aspecto
El diseño del Yaris de cuarta generación llama la atención por sus formas redondeadas, que logra en la parte de las aletas un efecto de coche musculoso. El diseño es compacto y agradable y cuenta con una personalidad más marcada, sobre todo en referencia a las generaciones anteriores, de formas muy rectas y en cuña. En las versiones más equipadas se puede elegir un atractivo acabado bicolor que otorga más personalidad al coche y una apariencia más deportiva.
Conducción
Hemos estado rodando una jornada en entorno urbano y metropolitano, concretamente en la ciudad de San Fernando, en la provincia de Cádiz, alternando grandes y diáfanas avenidas con calles céntricas más estrechas. También salimos a autovía, pero en condiciones de tráfico denso. En total recorrimos unos 85 Km. Hemos quedado gratamente satisfechos con el comportamiento general del Yaris, ya sea con el equilibrio y rigidez que aporta su chasis y su suspensión como con las prestaciones del motor.
La suspensión podemos definirla como firme. No llega a ser una suspensión deportiva como tal pero mantiene muy bien al coche pegado al asfalto. Proporciona mucha estabilidad en los giros. Y hablando de giros, es importante destacar el papel de la dirección en la maniobrabilidad del coche ya sea en ciudad como en carretera, adaptándose muy bien a cada circunstancia. Pese a que nos hemos centrado casi en la totalidad en recorridos urbanos, también hemos realizado un par de salidas a autovía para realizar un breve trayecto metropolitano, y también en este medio el Yaris cumple a la perfección su competido, en gran parte porque con sus 116 CV, el urbano de Toyota cuenta con una muy buena potencia específica que beneficia a su agilidad.
Motor
En España, el Yaris sólo está disponible con una opción mecánica híbrida similar a la que utilizan el resto de sus hermanos mayores de gama, los Corolla, CH-R y RAV-4. La unidad de potencia se compone de un motor de gasolina de tres cilindros de ciclo Atkinson aparejado a un motor eléctrico, y la potencia en conjunto es de 116 CV, más que suficiente para mover a un peso ligero como el Yaris y ofrecer unas prestaciones realmente brillantes para un coche de su segmento.
Precisamente el motor es lo que marca la diferencia con respecto a su competencia. Los competidores naturales del Yaris serían coches como el Ford Fiesta, el Hyundai i20, el Citroen C2, el Opel Corsa, el Peugeot 208 o el Renault Clio, pero a excepción de la reciente aparición de la versión híbrida E-Tech del Clio, ninguno tiene una motorización similar.
El Yaris recurre a la solución mecánica que tan buenos resultados le renta a Toyota, un motor de gasolina de ciclo Atkinson, más eficiente que el Otto, y el eléctrico.
Ambos funcionan juntos o por separados. Nos ha llamado la atención la utilización en modo eléctrico del Yaris, pues con la batería cargada a tope hemos llegado a recorrer hasta 3 Km de distancia a 90 Km/h. Su bajo peso es sin duda una ayuda. El motor híbrido va unido a un cambio del tipo engranaje planetario de accionamiento automático mediante un selector en el piso.
Son tres modos de conducción los disponibles: ECO, Normal y Power. El primero prioriza la utilización del motor eléctrico con lo cual es el que más rápido gasta la batería. El segundo nos ha parecido el más interesante, puesto que si se juega bien con el acelerador y la frenada regenerativa, es posible una mayor carga de la batería que en el ECO y mayor utilización del eléctrico.
El ECO es el modo más recomendable para moverse con el Yaris en entorno urbano, mientras que el Normal viene tan bien como para la ciudad como para la carretera. El tercer modo, Power, hace que funcionen los dos motores a la vez y obtendremos la mayor ración de potencia. Es recomendable para casos puntuales, como subir un puerto de montaña o adelantar en una vía de doble sentido.
Al volante de un híbrido
Conviene recordar siempre que un híbrido no es un eléctrico y si adquirimos un híbrido con ese pensamiento nos equivocamos. Dicho esto, para sacar el partido adecuado de un híbrido, esto es, lograr una notable economía en el gasto de combustible, conviene adoptar una serie de hábitos como son ser comedidos con el acelerador, estar pendiente de la batería y aprovechar la capacidad eléctrica al máximo posible, y usar constantemente la frenada regenerativa, frenadas suaves que nos permitirán recargar nuestra batería y disponer siempre de energía para usar el motor eléctrico lo más posible. Si nos gusta la velocidad, el híbrido no es el coche adecuado.
En todo momento podemos ver el consumo que estamos haciendo y al final de cada trayecto el coche evalúa la conducción que se ha realizado siempre tomando como referencia la economía.
Consumos
Toyota homologa para el Yaris unos consumos medios de en torno a los 4.0 litros. En nuestro caso y después de recorrer 85 KM en suelo urbano aparte de un par de salidas a autovía y circular a una máxima de 100 km/H, el hemos logrado una media de 4.4 litros, lo que es satisfactorio. Si hacemos un uso más de carretera del Yaris llegaremos a estar cerca de los 5.0 litros.
Interior y habitabilidad
El interior del Yaris es sencillo y está realizado en plásticos de buena calidad. Es muy diferente al de la generación antecedente. Todo control del vehículo se realiza desde el cuatro de instrumentos y la pantalla TFT de 4,11 pulgadas que preside la consola central. Toyota ofrece la posibilidad de incorporar Apple Car Play o Google Play para mejorar la conectividad del vehículo.
El Yaris es un automóvil cómodo siempre y cuando hagamos de él el uso para el que esta destinado, o sea, los trayectos urbanos y metropolitanos. Los asientos delanteros sujetan bien. Las plazas traseras son algo justas, pero aptas para dos adultos o tres niños, siempre recalcando su carácter urbano. El ajuste de los materiales es bueno y ello lo notamos al cerrar la puerta.
Conclusiones
Tras una jornada rodando con el urbano de Toyota es fácil apreciar las bondades que le han hecho merecedor del título de Coche del Año. Lo que más nos ha gustado es el rendimiento y consumo de su motor, su conducción y sus consumos. Sus puntos flacos son las plazas traseras, algo justas. Ojo al dato, el Yaris no es el coche idóneo para un viaje en familia, pues su maletero de 283 litros es muy justo, sobre todo porque alberga también la batería eléctrica.
Y su precio es algo alto con respecto a la competencia, no obstante, es un automóvil electrificado y eso hoy día hay que pagarlo, lo que a su vez nos proporciona una serie de ventajas y privilegios respecto a los automovilistas usuarios de coches gasolina y diésel, esto es la etiqueta ECO, que nos proporciona la bonificación del impuesto de circulación o la posibilidad de transitar por entornos de circulación restringida. En resumen, un coche sorprendente.