Polémica en el Mundial de MotoGP. Los dos equipos de Yamaha así como la propia marca han sido sancionados con pérdidas de puntos en los campeonatos de equipos y constructores. La marca de Iwata reconoció en una reunión de la Asociación de Fabricantes celebrada en Valencia irregularidades en algunos de sus motores. 

Para conocer todos los detalles de esta historia hay que retroceder al inicio del Mundial. Las motos de Rossi y Morbidelli sufrieron problemas en sus motores debido a unas válvulas afectando así a su fiabilidad. La fabrica de los diapasones solicitó de manera excepcional poder abrir los motores y solucionar esos problemas concretos, pero ello no les fue permitido, pues los motores deben quedar sellados desde el principio de la temporada. Al parecer y pese a no contar con el beneplácito del resto de equipos, Yamaha habría abierto los motores, contradiciendo el reglamento.

La sanción que se le ha impuesto es la pérdida de puntos, concretamente de 50 en el Campeonato de Constructores, y de 36 y 20 puntos respectivamente a los equipos Petronas y Monster -oficial-. Los pilotos han quedado sin sanción, por lo que mantienen intactas sus opciones de ganar el mundial. Cabe recordar que los corredores de Yamaha, Fabio Quartararo, Maverick Viñales y Franco Morbidelli son segundo, tercer y cuartos del Mundial de Pilotos que lidera Joan Mir. De haber habido sanción, a Mir se le hubiese puesto todo muy de cara.

Esta decisión de no castigar también a los pilotos ha sembrado la polémica en el Paddock, y el primero en pronunciarse ha sido Marc Márquez, el campeón en su convalecencia, que se ha expresado en su Tuiter con mucho sarcasmo, preguntándose si los pilotos no se benefician también de las mejoras mecánicas.