50 años del Urraco, el ‘pequeño toro’ de Lamborghini
Urraco es una palabra que forma parte de la terminología relativa a la Tauromaquia y se refiere a un toro de pequeño tamaño, joven y bravío cuyo pelaje negro está salpicado de blancos. Fue la denominación empleada por el fabricante de autos deportivos Lamborghini para el que fue su primer vehículo de tamaño compacto, el cual vio la luz en el Salón de Turín en 1970 y la marca de Santa Ágata conmemora su 50º aniversario.
A finales de la década de los 60 la gama Lamborghini se componía de tres modelos: la gran estrella de todos era el Miura, un super deportivo con motor central con potencias entre los 350 y 385 CV. Luego estaba el Islero, un gran turismo de diseño clásico de tres volúmenes, cuatro plazas y motor delantero, y el Espada, similar el su concepción técnica al Islero, pero con un diseño más innovador y agresivo que lo situaba a medio camino entre ambos.
La construcción de un modelo básico de acceso a la gama de Lamborghini fue para el fabricante una maniobra obvia de respuesta a su principal rival: Ferrari. La firma de Maranello había lanzado años atrás una serie de pequeños deportivos bajo la denominación Dino que suponían una suerte de inicialización a la marca y cuyo rasgo distintivo era su motor V6. El Urraco de Lamborghini fue la contestación a dicho automóvil.
El proyecto de un Lamborghini más pequeño, económico y utilitario fue liderado por el ingeniero de la marca Paolo Stanzani. El Urraco era un automóvil de cuatro plazas, en realidad 2+2, las traseras muy pequeñas y en la práctica poco útiles, y moto central trasero. En este capítulo, el equipo de Stanzani desarrolló una nueva mecánica V8 derivada del V12 de la marca que equipaban el resto de modelos. En su primera variante, cubicaba 2.5 litros y 220 CV de potencia, lo que le valió la denominación P250, la P por ‘Posteriore’ y 250 por la cilindrada. Para países como Italia, con un mercado de alta presión fiscal, se fabricó una versión con motor de 2.0 litros denominada Urraco P200. A partir de 1973 se ofreció el más potente P300 con 3.0 litros y 265 CV.
En lo que al diseño se refiere, el Urraco fue obra del mítico Marcello Gandini, entonces trabajador de la empresa Bertone, pero que a posteriori sería el padre del diseño de la mayoría de Lamborghini que estaban por venir. Otro de los ingenieros de la marca, el neozalandés Bob Wallace, desarrollador del Miura Jota, preparó un Urraco al que denominó Rally de cuyo motor extrajo 300 CV.
Si bien el Urraco nació como respuestas al Dino de Ferrari y al Porsche 911, la firma de Maranello desarrolló poco después un automóvil casi idéntico, el Dino 308 GT4 Bertone. Pero todo no quedó ahí, pues Maserati, el tercero en discordia, lanzó también en 1972 su deportivo asequible, el Bora, con motor V6 y cuatro plazas.
En nueve años de presencia en el mercado apenas se vendieron 776 unidades del Urraco, algo a lo que tampoco ayudó su pobre calidad de construcción y su fragilidad mecánica. Derivaron del Urraco los modelos Silhouette y Jalpa, en su caso con carrocería targa y biplaza, pero con corta y testimonial vida comercial. No fue hasta que el Grupo Volkswagen adquirió Lamborghini que la empresa volvería a fabricar un pequeño deportivo, en su caso el Gallardo, que dio lugar a la continuación por parte de la firma de Santa Ágata hasta nuestros días con el Huracán, encargado de mantener vida la estirpe que comenzase hace medio siglo con el Urraco.
El célebre programa de TV ‘Deals on wheels’ en el que Mike Brewer y Edd China restauran clásicos tuvo un capítulo dedicado al Urraco, y en él pusieron en evidencia su fragilidad mecánica, aunque el resultado de la restauración fue muy satisfactorio.