Nadie puede parar a Mercedes y a Hamilton
El circuito de Hungaroring es conocido popularmente en la F1 como el ‘Mónaco sin casas’. Tras el Principado, es la pista más corta y más lenta de la temporada y suele ser muy habitual una carrera al estilo trenecito. Pero ello no quiere decir que las carreras en el trazado magyar sean aburridas, todo lo contrario, por diversos motivos ha habido muchas carreras imprevisibles. Eso sí, para los aficionados españoles hay dos carreras en el circuito húngaro que están grabadas a fuego en su memoria: la primera victoria de Alonso con Renault en 2003 y el único podio de Pedro de la Rosa con McLaren en aquella caótica prueba de 2006 donde la lluvia dejó a los dos contendientes al título, Alonso y Schumacher, KO. Fue la primera victoria de Jenson Button. Por motivos así, el GP de Hungría es especial y más cuando las condiciones climáticas son cambiantes. Era la previsión del fin de semana y pese al implacable dominio de Mercedes, se esperaba alguna sorpresa… que no llegó.
Si ha habido aficionados que calificaron como aburrido el quinquenio del Schumacher campeón con Ferrari o los cuatro años de dominación de Sebastian Vettel con Red Bull, ¿qué hay que decir de Mercedes, Lewis Hamilton y la era híbrida? Llevamos desde 2014 con los coches de la estrella dominando con mano de hierro. Sólo Nico Rosberg consiguió llevarse en 2016 el título, y le costó sangre, sudor y lágrimas, aunque lo hizo con Mercedes. Los principales ingredientes para triunfar en F1 son tres: buen coche, buen piloto y buen equipo, pues lo de Hamilton y Mercedes ya es un claro paradigma. Una más sobre Hamilton y el Hungaroring, ya ha ganado ocho veces en este circuito. Sólo Michael Schumacher ostentaba el mismo récord, pero en Magny Cours.
Esta nueva temporada siguen dominando con mano de hierro, pero viendo la situación del resto, da la sensación de que los alemanes siguen donde están, y que son sus rivales quienes han dado un paso a atrás. Lo de Ferrari, que es dramático, se vio venir en la pretemporada en Barcelona, pero es que a Red Bull le pasa igual, siendo peor para ellos que todos los vieron como la gran alternativa de este año. El segundo puesto de Max Verstappen fue igual que el de Charles Leclerc en Austria, un espejismo, porque si no llega a ser por la pésima salida que tuvo, Bottas se lo hubiese merendado sin problemas. Sólo hay que ver a Albon para saber donde está el Red Bull RB16, donde el motor Honda ha visto como su rendimiento ha bajado. Es cierto que en curvas lentas aguanta, pero se diluye en cuando se pisa el acelerador. El segundo de Verstappen sólo se debe a su gran talento. Red Bull tampoco está a la altura.
Realmente sólo dos equipos han dado un notable salto: McLaren y la gran sorpresa ‘rosa’ de Racing Point. Lo cierto es que en ritmo de carreras, McLaren, Racing Point, Red Bull y Ferrari andan muy parejos, y sólo marca la diferencia el piloto y la estrategia. Quizás Renault esté cerca de este pelotón. De no estar Mercedes, las carreras serían muy entretenidas, pero las cosas son como son.
En fin, la de Hungría era la carrera que muchos esperaban, con lluvia intermitente y el asfalto cambiante, ideal para un golpe de teatro, pero nada. Mercedes y Hamilton siguieron a lo suyo. Lewis dobló hasta al cuarto, un más que sorprendente Lance Stroll haciendo deberes para hacer ver que es merecedor del equipo que su padre le ha comprado.
Carlos Sainz se vio nuevamente perjudicado por la estrategia, pero su duelo con Leclerc por la décima plaza fue una delicia. Hay ganas de verles a los dos en el mismo equipo el año que viene, eso sí, esperando desde La Scuderia una reacción ante la crisis en que están inmersos. Por cierto que fue Vettel el que tuvo que dar la cara por los rojos aunque gracias a la descalificación de Magnussen, Leclerc pudo llevarse el punto que otorga la décima posición.
Y hablando de Vettel. Los medios alemanes lo sitúan el año que viene en Aston Martin, o sea, el equipo que hoy día se llama Racing Point, los del coche rosa con motor Mercedes. En rueda de prensa Vettel fue preguntado y no negó el acercamiento. El que se puso de los nervios fue Checo Pérez, haciendo hasta cinco alusiones a su contrato, un contrato que si se rompe cuesta siete millones de dólares en indemnizaciones. Si lo de Vettel en Aston Martin-Racing Point fuera adelante, creo que Pérez sería el gran damnificado, porque no veo yo a Lawrence Stroll mandando al banquillo a su hijo, para el que ha comprado todo un equipo y a golpe de billetes lo está subiendo de nivel. Igualmente, si el ritmo del coche rosa sigue igual de bien, estaría bien ver hasta dónde es capaz de llegar un Vettel sin presión.
Y dicho, esto, nos vemos la semana que viene en Silverstone.